¿Es Thomas De Gendt flor de un día?
Por @pmpalermo
En el ciclismo, como en todos los deportes, hay corredores buenos, mediocres y malos, pero dentro del segundo calificativo habría que incluir un asterisco y poner promesas.
Las promesas pueden confirmar eso que “prometen” y triunfar, lo más difícil, o quedarse en ese status, defraudando a todos a su alrededor y poniendo excusas, tal como pasa con dos talentos actuales: Robert Gesink y Thomas De Gendt.
Y justamente este último es hoy quién está bajo la lupa de Ciclismo Internacional…
Mucho revuelo se armó en torno al belga cuando, tras adjudicarse un parcial en París Niza, logró en el Giro de Italia 2012, subir al tercer escalón del podio y ganar la mítica jornada con final en el Stelvio.
Si bien no era un desconocido y ya había obtenido victorias en Tour de Suiza y en la misma carrera del Sol, la historia, como tantas otras, era perfecta: un corredor joven, limpio, que había preparado esa etapa varios meses antes y que al concluir la competencia se iba a casar, ya con la vista puesta en el Tour de Francia 2013 en el que asaltaría la general.
Justamente, la carrera que hoy ocupa todas las portadas, era el objetivo del belga de Vacansoleil y por eso, tras el suceso en Italia se le dio un “año sabático” en el que sólo cosechó resultados mediocres y lo mejor que hizo fue un segundo lugar en la 16º jornada de la Vuelta a España en la que concluyó en el puesto 62º.
Pero con la escuadra redondeando una buena temporada merced de actuaciones como las de Marczynski, décimotercero en la ronda española, el protagonismo de Flecha en las clásicas o las prestaciones de Larsson y Westra, las bajas performances de De Gendt se dejaron pasar, siempre esperando su confirmación en la venidera Grande Boucle.
Un nuevo año llegó y nuestro protagonista siguió sumido en el anonimato, corriendo poco, con apenas un éxito en la Volta, perdido en las generales del Tour de California, Algarve o Down Under, pero todo siguió en calma hasta que finalmente en Dauphiné saltaron las alarmas.
El nacido en Sint Niklaas arribó a 14 minutos en la primera etapa aduciendo que sus pulsaciones se habían disparado y se sentía cansado pero pese a todo siguió probando y abandonó en el último día de la tradicional competición que se usa de puesta a punto para la ronda gala haciendo lo propio en Luxemburgo días después.
Y el Tour del Centenario empezó y el corpulento pupilo de Luijkx se dejó 17´35´´ el segundo día y todas sus opciones de confirmar lo que de él se esperaba, debido a problemas intestinales.
Si retomamos el hilo de los primeros párrafos y sumamos que el propio ciclista declaró que ahora correrá más tranquilo, no queda más que pensar que, como a todas las promesas, lo venció la presión, y que sus problemas estomacales primero y las pulsaciones después, son siempre argumentos, reales y hasta somatizados, pero pretextos al fin.
Si bien a diferencia de Gesink, ejemplo antes mencionado, De Gendt explotó hace relativamente poco en el mundo del ciclismo, hay una gran decepción general en torno a su figura.
El Tour recién comienza y el belga tiene la opción de reconvertirse en un ciclista caza etapas o de clásicas, como sucedió, salvando las distancias, con Damiano Cunego o Yaroslav Popovich.
La diferencia, claro está, reside en el palmarés de cada uno y que el Piccolo Príncipe ganó una grande y peleó otras, antes de decantarse como un gran clasicómano.
Hecha esta aclaración, y con tan sólo 26 años, el de Vacansoleil está a tiempo de enderezar la nave, de no ser un “One Hit Wonder” o una Flor de un día, y retomar el camino previo en el que se dedicaba a recolectar victorias parciales, como en Suiza o París Niza y no a preparar competencias de tres semanas.
Esperemos que así sea y que De Gendt vuelva a levantar a los espectadores de su asiento con gestas como la del Giro 2012, rodando con sus 180 centímetros cuesta arriba como el mejor escalador o demostrando su fortaleza contra el crono, como en la jornada conclusiva de esa Corsa Rosa en la que se dio a conocer al mundo.
Pablo Martín Palermo
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Es complicado lo de Thomas De Gendt, fue a ese Giro tan complicado para sus características (mide 180 cms y es un gran rodador, a pesar que pasa la montaña como ya nos mostró) y no al Tour que tenía varias cronos y poca montaña por que se casaba. Igual su tercer puesto y victoria en Stelvio vale para enmarcarlo.
El bajón pronunciado de año a año parece endemico en el ciclismo y más para los nacidos en Bélgica como por ejemplo Boonen y Gilbert.