Análisis: La avería que cambió el Giro

Por @pmpalermo

Tal como sucedió cuando Contador se dislocó el hombro en una etapa llana, hoy le tocó el turno a Richie Porte, quien no se fue al suelo pero perdió 47 valiosos segundos en la jornada más sencilla e intrascendente de toda la Corsa Rosa, una suerte de descanso activo que se volvió un infierno para el australiano.

Sin dificultades de ningún tipo, el guión del día indicaba sprint masivo. Pero los conjuntos con hombres rápidos se confiaron y, en medio de la eterna partida de ajedrez que disputan por no trabajar, la renta de la escapada se estabilizó, permitiéndoles jugarse la gloria, que finalmente y en un día atípico, quedó en manos de uno de los pocos equipos (Bardiani) que aún estaba en blanco en 2015.

En ese contexto sucedió lo peor para Porte, un pinchazo que lo retrasó cuando la carrera iba lanzada, haciendo imposible su regreso al seno del grupo. Desgracia para el pedalista de Sky, quien ingresó a meta 47 segundos detrás del lote, una enormidad para alguien que había medido todo a la perfección hasta ahora, reservando energías de cara a la contrarreloj.

Para colmo de males, las buenas intenciones de Clarke al prestarle una rueda se volvieron en contra de nuestro desdichado protagonista, ya que el Artículo 12.1.040 / 8.2 del reglamento deja expresamente prohibido el auxilio por parte de otros equipos, accionar que conlleva 2 minutos de penalización.

Pero la desgracia de Porte puede implicar un giro de 180 grados en el desarrollo de la competencia. Hasta ahora, Contador se defendió sin inconvenientes de los embates de Aru y el Astana, que se mostraron muy activos pero no pudieron lastimar al madrileño.

Por su parte, Porte y sus hombres se mantuvieron siempre a la sombra, limitándose a seguir la estela de los otros dos e intentando algún tibio ataque, pero nada más. El plan siempre fue limitar daños de cara a la crono, al mejor estilo Urán, y todo parecía encaminado para que el aussie cumpliera su cometido y se vistiera de rosa en la 14° fracción.

Es sólo una conjetura, pero creemos que la relativa comodidad de Contador en el primer tercio de competencia se debió también a la falta de múltiples agresores, puesto que sólo los celestes trataron de quebrarlo, permitiéndole un control más sencillo.

Pero todo eso puede cambiar con el inesperado problema de Porte. Es que el campeón nacional contrarreloj australiano quedó a 3:09 de la Maglia Rosa, diferencia considerable que difícilmente recorte sobre la cabra a un eximio rodador como Contador.

 A modo de reseña, tomando la última campaña previa a 2015 en la que el de Tasmania estuvo a tope, vale la pena recordar que metió 54 segundos en la CRI del Tour 2013 al español y sobre 33 kilómetros, poco más de la mitad de lo que se encontrarán aquí. A favor del Pistolero hay que decir que esa no fue su mejor participación en la grande Bouclé y que en la segunda cronometrada despachó a su rival, vacío de trabajar para Froome. Meses antes, coincidieron en País Vasco y Richie sacó 27″ en 24 kilómetros. En 2014, Contador volvió a ser dominante y el de Sky desapareció, pero de todos modos, no hay muchos antecedentes de ambos cabeza a cabeza en plenitud y hoy prima la forma y los números, que marcan al de Tinkoff como el hombre a vencer.

Obviamente, nadie está libre de sufrir una pájara y el hombro de Contador será clave, ya que si le molesta tanto como para cambiar la posición, la sangría de segundos puede ser mayor.

Con eso en perspectiva, si el líder de la escuadra británica quiere ganar la carrera deberá moverse en los puertos, terreno en el que sólo se ha defendido. La misma historia cuenta para Aru, quien sabía de antemano que la extensa contrarreloj sería un escollo importante y por eso fue el más ofensivo en la semana inicial, tónica que mantendrá hasta Milán.

¿Cómo cambia la competencia la avería de Porte?

Pues bien, éste no puede limitarse a las ganancias que obtenga en la fracción contra el reloj y debería probar en cada rincón favorable y también en otros que no lo sean. Sus gregarios casi no han gastado fuerzas en lo que se lleva recorrido y eso es una ventaja, aunque siempre estará la duda sobre las capacidades de su capitán, que debe demostrar que puede descolgar a sus oponentes mano a mano.

El recomendable cambio de actitud de Sky, sumado al esperado concierto de embates de Astana, será crucial en el desarrollo de las acciones. Si eso sucede, el líder no estará tan cómodo, porque ahora serán dos potentes equipos los que probarán sus límites y el de su endeble alineación.

Si bien eso iba a pasar en algún punto de la tercera semana, la imprevista modificación en la general anticiparía los hechos y, por caso, exigentes jornadas como la 11° (mañana), serán un verdadero infierno bajo el yugo de Astana…y Sky.

Hasta el momento, Contador peleó contra Aru, Landa, Cataldo y Porte. Pero será ahora cuando salten a escena König, Nieve, Kiryienka, Henao y el resto del Dream Team negro, sin olvidar que si Urán va a más, quedará en una situación similar a la de Porte y siempre pueden hacer causa común.

Con Kreuziger lejos de su mejor nivel, Contador está más aislado que nunca y aún falta lo más duro de este Giro, en el que el de Pinto no tendrá margen para el error y se verá obligado a continuar con su impresionante estadística, esa que dice que cada vez que se puso líder en una grande nunca perdió.

Veremos hasta dónde llega en esta oportunidad. Si no tiene bajones físicos o mecánicos, la 98° edición de la Corsa Rosa está en sus manos pero si, por el contrario, tuviera un desliz, por más pequeño que éste sea, un ejército de rivales le saltará a la yugular.

En la que, para muchos, es la edición más exigente de la historia del Giro, el problema de Porte no hace más que incrementar esa dureza y los aficionados felices. No así el capo de Tinkoff, quien estará bajo una presión mayor, con un hombro dislocado y todo el pelotón en su contra.

Pablo Martín Palermo

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