Análisis: La estelar campaña de Pozzovivo, ¿cuál es su techo?
Por @pmpalermo
No es ninguna novedad que, para la mayoría de los ciclistas, el momento álgido llega alrededor de los 30 años y ese parece ser el caso con Domenico Pozzovivo, diminuto atleta italiano de Ag2r que en 2014 redondeó su mejor temporada como profesional.
A modo de repaso, vale la pena recordar que no salió nunca del top 10 mientras estuvo sano, es decir, hasta su caída entrenando en agosto, cuando se fracturó tibia y peroné. Aclarado esto, sus resultados hablan por sí mismos: 10° puesto en San Luis, seguido por un 6° en Tour de Omán, 5° en Roma Máxima, 6° en Tirreno Adriático, 8° en Volta a Catalunya, 2° en Giro del Trentino, 5° en Lieja-Bastoña-Lieja y 5° en el Giro de Italia.
Profesional desde 2005 con el Cerámica Panaria, el escalador de Policoro ha evidenciado una progresión fantástica, dejando en claro desde el inicio mismo de su trayectoria que era un hombre para grandes vueltas, ya que su peor resultado en este tipo de eventos es un 17° lugar en el Giro 2007, su segunda participación, en el que ganó Di Luca y Riccó fue 6°.
Poco a poco, Domenico siguió su aprendizaje, alternando buenas y malas, como pueden ser su top 10 en la edición de 2008 o los abandonos en 2010 y 2011, pero siempre con un rumbo definido: el podio de la Corsa Rosa.
Así llegó el 2012, la temporada clave de su trayectoria, puesto que se impuso en un parcial y la general del Giro del Trentino, levantó los brazos en Lago Laceno en una de esas monstruosas jornadas que sólo la gran ronda italiana puede ofrecer y concluyó el evento en el 8° escalón de la tabla principal merced a sus cinco top 10, siendo el único integrante de un Pro Continental entre los 12 de avanzada.
Sus prestaciones y la enorme cantidad de puntos UCI cosechados fueron el trampolín ideal para el World Tour, que le abrió sus puertas a través del Ag2R galo donde se gestaba el recambio que hoy los tiene como uno de los conjuntos más exitosos del mundo.
Bajo la tutela de Lavenu, Pozzovivo mantuvo la línea y acabó de nuevo 10° en el Giro, aún habiendo sufrido una caída en la previa. Pero con el correr de los meses, adaptado a un nuevo ambiente y métodos de trabajo, apareció lo mejor del transalpino que, por primera vez disputó dos grandes en un año y firmó el 6° en la Vuelta a España.
*Progreso contrarreloj, la clave:
Domenico quedó a ocho minutos de Horner y, como siempre, se apoyó en la escalada para avanzar, pero la sorpresa fue en Tarazona, donde se desarrolló la única cronometrada individual de esa edición, un tramo de 38.8 kilómetros con un puerto de 3° categoría en la que Cancellara voló, sacando 37 segundos a Tony Martin. Y detrás de las dos moles, el minúsculo pedalista en cuestión, que se soltó la crono de su vida, cedió apenas 47 segundos con el alemán y aventajó a gente como Nibali, Brajkovic, Samuel Sánchez o Urán, todos especialistas.
Con 165 centímetros de altura y 52 kilogramos de peso, nadie acreditaba lo que había sucedido, pero esa jornada el italiano saltó posiciones en la general y llegó al 6° puesto con el que terminaría la prueba 10 días más tarde. ¿Espejismo o realidad? todavía estaba por verse.
Y es aquí donde llegamos al punto. En 2014 Pozzovivo logró los mejores lauros (citados más arriba) de su periplo como profesional, destacando el 5° escalón en la Corsa Rosa donde las primeras dos semanas asustó al resto con demostraciones de fuerza en la montaña, como era de esperar, pero además ratificó su progresión sobre la cabra.
El de Basilicata firmó el 9° puesto en la crono entre Barbaresco y Barolo, el día que Urán voló al Rosa, y posteriormente selló su 5° plaza en la crono escalada de Cima Grappa, algo que bien podría ser la confirmación de nuestro protagonista como un vueltómano serio.
El hecho de haber concluido 6° y 5° en las últimas dos grandes en las que participó, más los avances en la lucha contra el tiempo, dan cuenta de un crecimiento global como atleta que lo postula como un aspirante a tener en cuenta para el podio de ahora en más aún cuando él “tire la pelota afuera”, tal como sucedió al optar por el Giro 2015, donde la organización dispuso la segunda crono más extensa desde 1996. De todos modos, ya dio sobradas muestras en 2013 de que es hombre de segundos esfuerzos, un aliciente de cara a la Vuelta si la monumental etapa se le atragantara.
Tampoco hay que engañarse, este economista (se lo conoce como Doctor Pozzovivo por la gran cantidad de estudios que tiene) difícilmente pueda batir a Quintana, Contador, Froome o Nibali, pero está expectante un paso detrás, y no es ilógico que suba al cajón en los años venideros, limitando daños sobre la cabra y haciendo gala de su agresividad en las montañas.
Con apenas nueve grandes (seis terminadas, cinco en el top 10) sobre sus hombros y 32 años recién cumplidos, Pozzovivo tiene cuerda para rato. Además, en Ag2R encontró su lugar rápidamente, es respetado, líder indiscutido en la carrera patria y cuenta con una escuadra fuerte para contenerlo en el viaje, hasta ahora siempre ascendente, rumbo a una de las tres ubicaciones de privilegio en la general del Giro.
No deja de parecerme un corredor producto del dopaje.