Análisis: ¿Por qué no gana Peter Sagan? - Ciclismo Internacional

Análisis: ¿Por qué no gana Peter Sagan?

Por @pmpalermo

Peter Sagan fue 2° en Arezzo y ya no es noticia debido a que el eslovaco suma 279 días (y contando) sin alzar los brazos, más precisamente desde su título en el campeonato nacional el 29 de junio de 2014. En ese contexto, desde ciclismointernacional.com analizamos la situación para dilucidar los motivos por los que el genial eslovaco no logra cruzar primero la línea de meta luego de varios años sumando en cantidad.PIC522777876

 Mucho se habló sobre él estos últimos meses y en parte se debe a su perfil alto, festejos alocados y varias campañas ascendentes en las que cosechó 68 victorias, a saber: 3 en 2009, 5 en 2010, 15 en 2011, 16 en 2012 y 22 en 2013, hasta que cayó un poco con “apenas” 7 en 2014.

 Para completar el repaso estadístico bien vale recordar que desde su última diana, el atleta en cuestión recolectó el maillot verde del Tour por tercer año seguido y que además sólo han transcurrido 55 días de competición (no todos aptos para él) en los que añadió 10 podios y 25 top 10. ¿Cuántos ciclistas en el mundo son capaces de esto?

 Ahora bien, aunque virtuoso al extremo, Sagan no deja de ser humano y como tal puede tener un día malo, problemas personales como la enfermedad de su madre, mala suerte, dolencias físicas, errores tácticos, falta de equipo y quien sabe cuántos otros factores que, alineados pero a la inversa, desembocaron en incontables triunfos que hoy engrosan su currículum. Suena obvio,  pero es necesario aclararlo ante las numerosas tonterías que se escuchan de un tiempo a esta parte.

 En simultáneo, el exitismo reinante se transforma en presión, de los fans, la prensa, de él mismo y hasta de sus jefes Tinkov y Rijs, quienes lejos están de ayudarlo gritando al mundo que su pupilo debe ganar un Monumento a toda costa o se sentirán decepcionados.

 Hay que reconocerlo, el propio Sagan elevó el listón en demasía con las extraordinarias campañas antes mencionadas, sin olvidar que a un talento como el suyo se le exige en consecuencia, pero de allí a realizar aseveraciones respecto a su salud, profesionalismo o malas rachas, hay un paso enorme.

 Mientras Sagan no diga lo contrario, desde aquí podemos afirmar que nada extraño le sucede y que el 95% del pelotón quisiera estar en su lugar. Además, son pocos los que están al tanto de lo difícil que es ganar en cualquier nivel y mucho más en profesionales, con todo el grupo marcando su rueda hasta en el avituallamiento.

 Por ejemplo, en la ronda gala de 2014, fueran varias las ocasiones en las que sus oponentes prefirieron no ganar a tener que llevarlo a rueda. El día que Gallopin se impuso en Oyonnax es un buen ejemplo de lo que sucede cuando el eslovaco viene en el seno de un grupo reducido, donde nadie quiere trabajar ante la inigualable velocidad de éste en el sprint. Aquella jornada, nadie marcó al galo, pero cada vez que Peter intentaba algo, el resto hacia fila a sus espaldas.

 ¿Otro apartado? el azar. Sin desmerecer a Malori, creemos que el ex Cannondale pudo haberse quedado con el prólogo en Tirreno, pero un gato negro se le cruzó en el camino y casi besa el suelo, claro ejemplo de cómo el destino interviene permanentemente, porque es obvio que el simpático felino se interpuso entre él y la gloria, en vez de hacerlo con cualquiera de los otros 200 miembros del pelotón.

 En la continuidad del análisis y para aquellos que hablan con tanta soltura de “perdedores” o “rachas nefastas”, es bueno hacer notar que apenas unos milímetros pueden ser la diferencia entre los dos primeros de una carrera, como sucedió en Arezzo contra Van Avermaet. ¿Cuánto mejor es el belga que el eslovaco?. Ni siquiera es necesario responder eso, pero sí es oportuno recordar que  “Hulk” alzó los brazos hace un año con la misma estrategia, es decir, esperando hasta los últimos instantes para despegar.

 Un motivo adicional para entender su sequía puede estar vinculado a la planificación por un lado y el hecho de que ya no haya citas preparatorias por otro. Esto significa que si Sagan piensa en los Monumentos, su explosión se dará en un par de semanas y que estar a media máquina ya no le alcanza para vencer en el arranque del año, donde nadie regala nada y cada equipo cuenta con varios hombres a tope.

En resumen: el límite entre ganar o no hacerlo es muy fino, las variantes que lo hacen posible son muchas y la fortuna también influye, sin contar que no se trata de un caso en el que el corredor pasó de la cima a la desaparición absoluta, sino de imponerse reiteradamente a “pegar en el palo”.

 Lejos de sumarnos a sus detractores, en esta redacción sostenemos que es cuestión de tiempo para que Sagan vuelva a ganar y que esto puede suceder en los escenarios más importantes y todavía inéditos para él, como son los Monumentos. Recién allí, y dependiendo de las circunstancias, alguien puede atreverse a cuestionarlo si falla.

Pero hasta entonces, criticar a semejante figura que, con apenas 25 años, ya se ganó un hueco en la historia, es ridículo y capcioso, porque realmente estarán inventando historias absurdas respecto a Sagan, como si él no quisiera ganar.

Por lo pronto, el de Tinkoff tendrá alguna oportunidad más en la Carrera de los Dos Mares, pero en simultáneo, ya otea el horizonte en busca de las clásicas que tan bien se le dan y en las que podría consagrarse definitivamente, acallando rumores injustos o conjeturas infundadas.

Pablo Martín Palermo

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6 pensamientos sobre “Análisis: ¿Por qué no gana Peter Sagan?

  1. En el segundo párrafo de este excelente análisis -a mi modesto modo de ver- está la clave: “festejos alocados, perfil alto y varias campañas ascendentes; en las que cosechó 68 triunfos”… No es compatible con el ciclismo y menos con un talento como Peter Sagan ese desgaste nervioso que provocan “los festejos alocados” (comidas no apropiadas, bebidas que mejor no enumerar, compañía femenina -recuerden ese podio, donde se pasó de vivo con una modelo australiana- acostarse fuera de horario para un deportista, todo eso suma (pero resta…)
    Sobre el perfil alto: Un campeón como él, no debe sentirse más que el “farolillo rojo” (españoles dixit) del pelotón, pero… tampoco menos de lo que él cree que vale.- Una falta de pesaje frío y calculado de las propias capacidades tanto en más como en menos; llevan -a veces- al ridículo.-
    Recuerdan a “Monsieur Pu – Pú” (Raymond Poulidor) el eterno segundo…?
    Si, seguro que sí.-
    Para ello, la ciencia deportiva moderna ha desarrollado “La Psicología del Deporte” que, aplicada al ciclismo, hace milagros, dado que se trata de un deporte individual y de circunstancias (donde a veces tanto la estrategia como la táctica no se aplican dada la multiplicidad de esta últimas: caídas, pinchaduras, mal tiempo, calor, vientos cruzados, y un larguísimo etc.)
    Seguramente, Sagan tendrá un ejército de especialistas en psicología que le atenderán, pero… cuidado con las féminas discípulas de Freud que, conociendo a Peter, van a ser peor el remedio, que la enfermedad.-

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