Análisis tras el paso por los Pirineos: Una luz de esperanza

Por @pmpalermo

El Tour de France dejó atrás el primer bloque de montaña, los exigentes Pirineos, donde se marcaron diferencias notables y los favoritos revelaron sus cartas. Por ello, de cara a los Alpes y la definición del título, ciclismointernacional.com analizó lo sucedido y sacó algunas conclusiones.

*Pierre Saint Martin, frescura y sorpresa: el inicio de la montaña llegó con una tremenda exhibición de Sky y su líder, quienes aguardaron que Movistar aflojara  el paso para rematarlos, con el capitán inglés arribando en solitario a meta por delante de Porte, quien tras trabajar para la escuadra se dio el lujo de alcanzar y superar a Quintana.

La desazón se apoderó del pelotón, que fue arrasado por la potencia física de los pupilos de Brailsford, pero también por la sorpresa, ya que Froome no dio tiempo a nadie al lanzarse sin previo aviso, cortando a todos, incluido Nairo Quintana, que pocas veces se vio tan minimizado desde que es una estrella.

La jornada de apertura en los Pirineos reveló que Contador, Nibali y compañía no van finos y, difícilmente peleen por el título, que parece cosa de Froome y Movistar, escuadra que apuesta por Quintana pero que cuenta con un Valverde impresionante, hoy más fuerte que su capo.

*Calor y transición camino de Cauterets: luego de dejar el tendal el día previo y dar un golpe psicológico, Sky y el pelotón afrontaron otro parcial marcado por el calor y los puertos, donde optaron por tomarse las cosas con calma debido al cierre poco favorable.

Claro está, que de haber querido o podido, alguno de los jefes de fila tenía terreno para atacar, pero eso no sucedió, limitándose todos a rodar a paso cansino bajo los infernales rayos solares. Así y todo, siguió la selección, producto de un arranque a todo vapor, donde el pelotón tardó 80 kilómetros en dar paso a la fuga, que finalmente sería buena de la mano de Majka.

El tibio acelerón de Astana en el Tourmalet se cobro varias víctimas, entre ellas, a gran parte del top 10 del Tour 2014, increíblemente fuertes hace un año y totalmente flojos en la presente edición.

Todo esto dejó a la vista las intenciones de Movistar y Contador de cara a la siguiente jornada, escenario previsto de un nuevo asalto al trono que hoy ocupa Chris Froome.

*Froome, más humano en Plateau de Beille: pero el tercer día de actividad montañosa tampoco llenó las expectativas generales. Los favoritos, siempre a rueda del Team Sky, rodaron en “plan cicloturista” hasta la base de la última trepada, desaprovechando tres puertos previos, en los que quedó expuesto el temor  a los hombres de negro y la falta de mejores piernas.

Es cierto que el tramo plano previo al último puerto jugaba en contra de un intento lejano, lo mismo el viento frontal, pero escudándose detrás de excusas no desbancarán al keniata, cómodo a espaldas de Thomas y Porte, magníficos escuderos que se encargaron de secar casi todos los intentos.

Y ya que hablamos de “intentos”, hay que remarcar que sólo fueron eso, tímidos arranques que iniciaron a unos 7 kilómetros de la cima con los que no van a descolgar al puntero o, en caso de conseguirlo, inútiles para meterle un margen abultado.

En resumen, este tercer parcial “humanizó” a Froome, que respondió con solidez pero algo exigido a los ataques, mientras que Thomas y Porte agrandaron su aura de gregarios indispensables, confirmando a su vez, que si los contrincantes aspiran a desplazar a Froome, primero deberán cargarse a sus domésticos.

*Una luz de esperanza: hecho el repaso, toca leer la carrera para conjeturar sobre lo que vendrá. Si algo dejó claro el tríptico pirenaico es que Sky y Movistar cuentan con los hombres más fuertes y, gran parte de lo que suceda de aquí en adelante dependerá de ellos.

Es más, los segundas espadas se ven más potentes que los líderes, con Valverde, Thomas y Porte ocupando esos roles.

¿El resto? Contador quiere pero no puede (por ahora), Van Garderen está aterrorizado de perder su lugar, no es un ciclista ofensivo y se quedará quieto, Gesink y Mollema, de buenas prestaciones, tienen una marcha menos y harán el famoso “chicle” (descolgarse y conectar alternativamente), en tanto que los demás no son amenaza real y subirán o bajarán lugares según las circunstancias.

Pero salvo una debacle de Froome, los Movistar no ganarán el Tour con esta táctica, que si bien desgasta es más fácil de controlar para los hombres de negro. Tarde o temprano deberán tomar el coraje de lanzarse a distancia, con el riesgo colateral de perder el podio, pero también con la opción de hacer saltar la banca. Es más factible que Contador haga eso, pero el madrileño no va fino, aún.

El maillot jaune está muy firme pero ya ha mostrado en el pasado signos de debilidad mental cuando las cosas se le tuercen. Por eso, es fundamental aislarlo, porque sus bastiones son Thomas y Porte, capaces de neutralizar a Nibali, Contador, Valverde y Quintana en Plateau de Beille con viento de cara y con todo lo que eso implica.

La luz de esperanza llega de la mano de lo que se pudo apreciar hoy: un Valverde fortísimo sin miedo a tensar y las ganas de Quintana y Contador. Estos hombres tienen la llave, siempre y cuando dejen de esperar al cierre de las etapas, principal motivo por el que Sky llega agrupado al desenlace.

Con el Giro en el bolsillo y nada que demostrar, se antoja más probable que sea el de Tinkoff el que rompa, y cuando eso pase, un telefónico debería sumarse. Sólo así pondrán presión a los ingleses, hoy en control absoluto de la situación.

Unzué deberá decidir por cuál de sus discípulos se la juega y sacrificar al otro. Si cumple con lo dicho, la “víctima” será el murciano, pero es mejor eso que acabar con dos hombres en el top 5 y sin el título.

Finalmente, toca hablar de Nairo. Un escalador sensacional que no se ha visto del todo poderoso, aunque eso no significa nada. Es más, el tunjano podría haber optado por frenarse un poco debido al viento, sin olvidar que suele ir a más en la tercera semana de las grandes, algo que invita a soñar en los Alpes.

No en vano es el más temido por la estructura británica y fue el propio Froome, aún con Thomas allí, quien se encargó de secarlo. Nairo tiene una bala guardada en la recámara, pero no puede esperar hasta el Alpe d´Huez para dispararla.

El Tour no está terminado, queda mucho terreno y nadie está exento de una pájara, caída o pinchazo pero, con cada día que pasa, las opciones se agotan y, de no mediar problemas del género y en tanto los jefes de fila no modifiquen sus estrategias, Froome lo tiene a su alcance. ¿Se animará el resto?

Pablo Martín Palermo

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