Andy Schleck se retira: un crack a medio camino
Por @pmpalermo
Finalmente sucedió lo que todos esperaban y el, otrora brillante, ciclista luxemburgués Andy Schleck anunció oficialmente su retiro del profesionalismo aquejado por las lesiones, que nunca le permitieron recuperar su nivel y lo sumieron en una fuerte depresión que apenas logró superar.
Con el adiós consumado, es obligatorio hacer un repaso a su carrera ya que se trata de uno de los corredores más talentosos de las últimas décadas, aunque lo efímero de su paso quizás lo hunda rápidamente en el olvido popular.
Para ser más precisos y sin exagerar, hablamos aquí de un atleta distinto llamado a hacer historia que se encontró con el mejor Alberto Contador y después padeció su debilidad mental y algo de mala suerte.
El menor de la saga de hermanos surgió en 2004 del VC Roubaix manejado por Cyrille Guimard, llamó rápidamente la atención de Bjarne Rijs (que lo llevó al CSC) y se dio a conocer en el máximo nivel durante el Giro 2007 con un sorpresivo 2° lugar por delante de gente como Gilberto Simoni, Damiano Cunego o Franco Pellizotti.
Dueño de una facilidad insultante en las montañas, donde dejó a la vista su espigada silueta y talento con reiteradas victorias y gestas, Andy jamás tuvo a su alrededor una sospecha de dopaje y siguió progresando aún cuando sus contemporáneos eran cazados sin piedad por los vampiros.
Tras pagar el derecho de piso trabajando para otros, el joven maravilla se ganó sobre el asfalto los galones y subió al podio del Tour de Francia entre 2009 y 2011, siempre en 2° lugar, detrás de Contador y Evans. Posteriormente se le adjudicó la edición 2010 por la descalificación de Contador.
Su currículum se completa con la Lieja 2009 (fue 3° en 2011), un 2° en la Flecha de ese año, un 4° en Il Lombardía de 2007, esa misma plaza en los Juegos Olímpicos 2008 o tres parciales de la Grande Bouclé, todos obtenidos en su terreno, la montaña y con exhibiciones de arrojo propias de otros tiempos que compensaron su flaqueza en las cronos.
Es que, por ejemplo, su victoria del Galibier en julio de 2011 ya es parte de los libros de historia, fundamentalmente por el modo en el que la consiguió, con un ataque lejano a 60 kilómetros de meta que casi da un vuelco a la general y puso contra las cuerdas a Cadel Evans, a la postre campeón de ese Tour, y sacó del juego a Contador.
Pero la suerte es un factor y, en la lucha contra su bestia negra española, el luxemburgués no la tuvo de su lado en las dos ocasiones en las que se mostró más fuerte que su contrincante, primero con el famoso episodio de la cadena en el Balés y luego con la mejor versión de Evans interponiéndose en el camino a París con el de Pinto vencido.
Obviamente que tampoco lo acompañó la fortuna cuando se fue al suelo en el Dauphiné 2012 y torció irreversiblemente el destino de su trayectoria, encaminada hasta ese día a ser parte de los anales del deporte pedal con un lugar garantizado en el Olimpo de los más grandes de la ronda gala, la carrera por la que respiraba.
La desgraciada lesión (fractura en el sacro) lo golpeó tan duro que estuvo casi un año sin terminar una competencia y, cuando lo consiguió, sólo acumuló fracasos que lo convirtieron en un desconocido dentro del pelotón, condición diametralmente opuesta a su brillante versión previa.
Es oportuno recordar que apenas obtuvo dos top 10 desde su fatídico accidente, ambos en los débiles Campeonatos Nacionales de Luxemburgo (10° en 2013 y 3° 2014) y que su última victoria se remonta al 21 de julio de 2011, cuando arribó en solitario al Galibier, es decir, hace más de tres años.
Camino de los 30 años, con 20 abandonos en su haber desde el fatídico día que acabó con su andar exitoso, Andy volvió a toparse con la desgracia, se destrozó la rodilla en el Tour 2014 y no logró recuperarse, ya que no puede pedalear sin dolor y las recientes visitas a los médicos en Suiza no fueron muy alentadoras.
A todo esto se sumó la enorme presión por reencontrar su versión de antaño y la falta de interés real para conseguirlo, dato revelador que aporta Jakob Fuglsang (ex compañero suyo en Saxo, Leopard y RadioShack) quien aseguró que Schleck se interesa más por cazar y pescar que por volver a la cima de la ronda gala; un verdadero desperdicio.
Este es Andy Schleck, uno de los escaladores más impactantes de toda la historia del ciclismo que, por los motivos antes señalados y analogía mediante, se quedó a mitad de camino en su ascendente trayectoria, trunca cuando todavía tenía lo mejor de sí para dar.
es una gran perdida para el ciclismo verlo mano a mano con contador es algo de lo mejor q e visto en este deporte creo q le faltaba un poco de compromiso y seriedad por ejemplo en la vuelta q lo expulsaron por borracho tenia piernas y talento para subir pero en las bajadas sufria, q pena por q siempre quise volverlo ver mano a mano con contador pero asi este deporte y la vidaadios a un tremendo escalador…
Un gran corredor. Las lesiones y su mentalidad le acabaron la carrera muy pronto. Me quedo con su tercer puesto en la etapa del zoncolan y las victorias del Tourmalet y Galibier previo ataque en el izoard.