Awet Gebremedhin, de refugiado a correr el Giro de Italia - Ciclismo Internacional

Awet Gebremedhin, de refugiado a correr el Giro de Italia

Por @FXavierVidela 

El ciclismo está lleno de historias inspiradoras, de corredores que salen adelante a pesar de las dificultades por las que han atravesado en su vida. El empeño ha llevado a Awet Gebremedhin (1992) a alcanzar el profesionalismo y, próximamente, a debutar en el Giro de Italia 2019.

El ciclista eritreo comenzó a montar en bicicleta a los 11 años, mientras trabajaba en la granja de pollos de su padre. “Eran 15 kilómetros a la escuela cuando me mudé de la escuela primaria, así que [mi papá] decidió que valía la pena invertir su muy poco dinero en comprarme una bicicleta usada para poder regresar rápidamente y trabajar en la granja”, comenta el africano, de 27 años.

Nacido en Debarwa, en la zona central de Eritrea, cuenta con seis hermanos y tres hermanas. Intentaba regresar tan rápido a casa que “me caí mucho”, recuerda, mientras sonríe. Poco a poco, comenzó a participar y ganar carreras locales. En 2009, se mudó a la ciudad capital de Asmara, donde se unió al equipo más grande de su patria, el Zoba Debub. Allí desarrolló sus habilidades para la subida y acumuló varias victorias, que le llevaron a defender los colores de su Selección Nacional y competir en Italia por primera vez en 2011.

Dos años más tarde, regresó a Europa, pero esta vez decidido a no volver a su tierra natal. “Sabía que nunca sería un ciclista profesional si regresaba a mi país“. Por ello decidió escapar a Suecia, donde solicitó asilo. Pero, debido a que su estado legal con el gobierno sueco no era claro, tuvo que encerrarse voluntariamente en la casa de un amigo durante 18 meses, con el temor de ser arrestado y enviado a Eritrea nuevamente si se arriesgaba a salir.

“Fue, por mucho, el peor momento de mi vida”, dice. “No podía salir y me obligué a comer muy poco, en realidad me estaba muriendo de hambre. Era la única forma de mantener mi cuerpo delgado, ya que apenas me movía. Sabía que al no correr durante un largo período, estaba arriesgando mi futuro como profesional, así que simplemente tuve que morir de hambre muchas veces”, rememora Gebremedhin.

Durante ese tiempo, su ética de trabajo fue la que lo mantuvo sano. Estudió sueco para tener una mejor oportunidad de obtener los documentos legales. Además, durante tres meses se ganó la vida recogiendo botellas, para luego venderlas, ahorrar dinero y comprar una bicicleta y todos los elementos necesarios para volver a entrenar nuevamente. A finales de 2015, el sacrificio rindió sus frutos y fue declarado refugiado legal en Suecia.

En 2016 firmó con el equipo amateur Marco Polo y, en su regreso a la competición, terminó 19° en su primera carrera después de más de dos años. En 2017, Awet defendió los colores de la modesta escuadra Continental, Kuwait-Cartucho.es. Con ellos, logró mostrar su potencial en Europa, siendo 16° en la Vuelta a Madrid y gran protagonista en la etapa reina de la Volta a Portugal.

Pero el equipo debió cerrar y Awet se quedó sin ingresos. “Ni siquiera podía llamar a casa porque sabía que en mi familia esperaban mi ayuda y no podía proporcionársela”, expresa. Sin embargo, encontró la ayuda de sus amigos del Marco Polo, quienes llamaron a diversos equipos en su nombre. Entre ellos, Ran Margaliot, el mánager general del Israel Cycling Academy, quien lo miró de cerca y descubrió su gran talento.

Desafortunadamente, no había más cupos en el equipo Continental Profesional. Margaliot le ofreció un lugar en el equipo de desarrollo y el eritreo no dudó en aceptar la oferta. Tras duros momentos, la suerte del joven refugiado cambió y la repentina salida del turco Ahmet Orken le abrió las puertas de la plantilla Continental Profesional. “La llamada de Ran Margaliot para invitarme a unirme al equipo fue un sueño hecho realidad, no podía creerlo”, dice el protagonista de esta historia, quien en 2018 firmó por dos temporadas con la formación israelí.

“Esperé esta oportunidad casi toda mi vida. Hubo momentos de oscuridad y desesperación en los que casi perdí la esperanza de que este milagro realmente pudiera suceder. Pero ahora, todo lo que tuve que pasar, valió la pena”, finaliza Gebremedhin, quien se encuentra a muy pocos días de disputar su primer Giro de Italia. Sin lugar a dudas, la coronación de una historia de superación, digna de una película.

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3 pensamientos sobre “Awet Gebremedhin, de refugiado a correr el Giro de Italia

  1. Inspiradora historia, con un protagonista casi anónimo como muchos heroes lo son. No necesita subirse a un podium porque ya demostró que es un campeón en la vida. si en algún momento llega a levantar los brazos en un cita importante será algo glorioso, pero a la vez un simbolo de su grandioso esfuerzo.

  2. Wow, que gran historia y que bien contada. Ahora le haré fuerza a Awet Gebremedhin cada vez que lo vea en este Giro! Way to go!

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