Clément Champoussin, una nueva ilusión de turno para Francia
Por Oscar Mauricio Quiñonez
Clément Champoussin es un francés nacido el 29 de mayo de 1998 en Niza que, en 2020, espera consolidarse como corredor World Tour en las filas del AG2R La Mondiale. El jovencito viene de ser stagiaire (aprendiz en prueba) durante la temporada anterior dentro del mismo equipo francés.
Para los galos ya han pasado largos y eternos 35 años desde aquel 1985 cuando el bretón Bernard Hinault vistiera de amarillo en el podio final del Tour de France en los Campos Elíseos; con un sub-campeonato al siguiente año se retiró el tejón dejando vacante un sitio que aún no ha podido ocupar ningún compatriota suyo.
Jean Francois Bernard terminó tercero en el Tour del `87 y abrió la ilusión a los franceses con un pronto relevo generacional de Hinault, pero lejos estaban de imaginar que el Tour -con el pasar de los años- se iría a convertir en un sueño y poco más para ellos. Bernard terminaría como gran gregario de Miguel Indurain en el Banesto y eso sería lo más relevante que haría el resto de su carrera.
Todos recordamos aquella crono final del Tour del `89, con un desenlace lleno de incertidumbre para el mundo apasionado por el ciclismo, pero especialmente para el pueblo francés. Fue un duelo de dos grandes íconos del ciclismo mundial, dos ciclistas que ya sabían lo que era obtener el amarillo: Greg Lemond y Laurent Fignon ofrecieron el que hasta hoy sigue siendo el final más emocionante y vibrante de la Grande Bouclé. Finalmente sería derrota para Francia y fue tanta la desazón que quedó en el aficionado local que nunca más se programó un final de este estilo en el Tour.
Con el retiro de Fignon las estrellas francesas empezaron a escasear, tan solo Richard Virenque en las temporadas `96 y `97 volvió a ocupar sitios de podio pero lastrado por las diferencias perdidas en las cronos con sus campeones Riis y Ulrich, después del año 1997 Francia desapareció totalmente del panorama ciclístico de las grandes vueltas.
Es tan solo hasta el año 2014 que el podio del Tour recibió de nuevo a un francés y esta vez lo hizo por partida doble: un veterano que ya pensaba en el retiro como Jean-Chistophe Pèraud y un joven y lleno de ilusión como Thibaut Pinot. Vale la pena recordar que fue una carrera marcada por las caídas, los dos grandes favoritos -Chris Froome y Alberto Contador- tuvieron que poner pie a tierra por causa de desafortunados accidentes lo cual, en cierta medida, permitió el lucimiento de los franceses.
El último galo que ha logrado subirse al podio en los Campos Elíseos ha sido Romain Bardet, segundo en el 2016 y tercero en el 2017, pero en las últimas temporadas su rendimiento presentó un claro descenso que ya lo ubican más como corredor de clásicas que como un vueltómano consagrado.
Después de todos estos años, de muchas historias pero en su mayoría con gran sinsabor, el aficionado francés espera el resurgimiento de sus ciclistas y es por eso que con al menor despunte de calidad en uno de ellos la ilusión vuelve a renacer. Están muy pendientes de los últimos chispazos de Pinot y Bardet, pero también de lo que entreguen Gaudu, Madouas y, desde ahora un Champoussin que los invita a soñar. Sus dos top 5 en los Tour del Avenir de los años 2018 y 2019 indican que es un corredor con un futuro prosimorio en rondas por etapas.
Champoussin es un corredor completo, como el mismo comentó: “Sí, soy un escalador, me gustan las subidas largas, pero también me gustan las cortas y empinadas. Pienso que soy un corredor completo por lo que me gustaría verme en las vueltas por etapas”, explicó.
En cuanto a los objetivos para esta temporada el corredor galo continuó: “Estos dos últimos años he podido conseguir buenos resultados como sub-23 y estoy muy satisfecho. Espero seguir mi progresión y convertirme en un buen profesional. Esta temporada, mi primer objetivo es volver a un buen estado de forma. Después, espero acostumbrarme lo más rápido posible a la forma de correr del ciclismo profesional. Así que lo primero es ayudar al equipo y después conseguir resultados. También me gustaría participar en una gran vuelta para aprender y coger experiencia”, cerró.
Las primeras competencias que están programadas en el calendario del corredor francés a partir de agosto serían Strade Bianche y posteriormente el Tour de l´Ain. Lamentablemente para él, la sequía francesa apresurará los tiempos, pero le sobra capacidad para ponerse a la altura y, por qué no, convertirse en la nueva esperanza de turno en Francia.
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Interesante el joven, sin embargo, en una época donde los capos están despuntando tan jóvenes, en perspectiva no sé qué tan ilusionante pueda ser para los franceses, pues necesariamente debe compararse con sus contemporáneos, Bernal, Pogaçar y Remco…honestamente yo no me ilusionaría tanto, a menos de que sea uno de los casos (que no se ven últimamente) de ciclistas que maduran lento y alcanzan su máximo nivel al rededor de los 27.