Conclusiones de la Milán San Remo

Por @pmpalermo

La Classicissima es historia y ya reposa en brazos del alemán John Degenkolb, pero para ciclismointernacional.com es tiempo de trabajar y, por ello, presentamos algunos análisis y conclusiones respecto al primer Monumento de la campaña.

*Degenkolb la tenía en las piernas: tras ser 5° en su debut en esta cita allá por 2012, el alemán tenía la gran clásica italiana entre cejas, sabedor de su capacidad para ganarla. En 2014 se veía muy bien pero un inoportuno pinchazo lo lastró, espina que se sacó recién un año más tarde.

El de Giant llegó a Italia como líder absoluto y con la baja de Geschke por lesión como gran handicap, pero así y todo se las arregló para llegar al desenlace, haciendo gala de sus piernas para subir y sabiduría para no mostrar la cara hasta el momento preciso.

En plena volata se ubicó bien pero algo retrasado, por detrás de Cancellara, y tuvo la fortuna (además de la velocidad) de no quedar tapado, remontando a todos cuando parecía que Kristoff repetiría victoria. Impactante volata del de Giant, que se alzó con la diana más prestigiosa de su todavía incipiente trayectoria y parece encaminado a ser cada vez más sólido con la edad.

*Brillante Paolini: el italiano de Katusha realizó una labor magnífica en la cacería previa al Poggio y en la subida misma, trabajando por dos en un reducido pelotón donde no había más integrantes de su escuadra una vez que Haller se descolgó.

Cuando Van Avermaet rompió en el final del Poggio, lejos de decir adiós, aguantó también para guiar luego a Kristoff en el embalaje, donde el noruego se quedó apenas corto tras el lanzamiento de su barbudo gregario.

Con 38 años, Paolini ya no es un ganador, pero con demostraciones de fuerza como las de hoy, queda claro que sigue siendo una pieza vital para cualquier equipo y, de haber contado con algo más de ayuda, Kristoff pudo haber repetido resultado en San Remo.

*Kristoff corre como un campeón: vencedor de la edición previa y gran candidato por su excelente arranque de 2015, el noruego tenía la presión de ser favorito, y no le pesó. Lejos de amilanarse, estuvo al borde de repetir la gesta luego de haber dado la cara en el tramo más duro.

Es que, mientras varios de los hombres rápidos explotaban en la Cipressa, donde se vio al de Katusha muy atrás, en el Poggio se mantuvo siempre adelante, a rueda del infatigable Paolini y con medio pelotón marcándolo.

El resto de la historia es conocido y el noruego se quedó con el sabor agridulce del 2° lugar, pero al mismo tiempo, demostró que ya es uno de los grandes campeones del circuito y que no teme hacerse cargo cuando es favorito, porque desde sus festejos en Qatar se catalogó a Kristoff de aspirante a este Monumento.

*Los jóvenes piden pista en Lampre: el equipo italiano se quedó con las manos vacías, pero su actuación fue muy buena y, sobre todo, promisoria de cara al porvenir, que se anticipa brillante de la mano de los más jóvenes de la escuadra.

Lo de Bonifazio fue brutal. No sólo aguantó la extensa competencia con apenas 21 años, sino que luego ganó la rueda de Kristoff en el sprint, donde sólo unos pocos lo relegaron en el final, en el que clasificó 5°. Vencedor del GP Lugano y 3° en GP Costa degli Etruschi, era evidente que el novato estaba en forma, pero de ahí a cumplir en un Monumento hay un gran paso, y Bonifazio lo dio, generando grandes ilusiones respecto a su futuro.

Por otra parte, Davide Cimolai (25 años) llegaba como reciente vencedor de Laigueglia y una etapa de París Niza, pero la historia era la misma, ya que la Classicissima son palabras mayores. El ex Liquigas está atravesando su mejor temporada como profesional, los resultados están a la vista y el 8° escalón de hoy es otro destello de su potencial.

Hay que resaltar que el equipo trabajó a la perfección, con Bono escapado hasta que se rompió la carrera (permitiendo a sus compañeros viajar a rueda en el pelotón). Neutralizados los fugados, se sucedieron los ataques y Serpa tiró con decisión para disminuir el margen, colaborando en la persecución que desembocó en el sprint, donde sus novatos compañeros hicieron el resto.

*Fin de la racha de Cancellara: desde Flandes 2010 no salía del podio en un Monumento, con cinco victorias, cinco 2° puestos y dos 3°. Ahora fue 7°, mérito gigante si se considera lo difícil de finalizar en el top 10, algo que no significa debacle ni mucho menos.

Cancellara fue el mejor “no sprinter” en San Remo y reconoció haber cometido un error al quedar encerrado, pero a nuestro entender, su equivocación fue esperar en vez de lanzar algún ataque que pudiera sorprender al pelotón.

El suizo tuvo suerte al no irse al suelo en la bajada del Poggio, pero luego no le alcanzó para sostener su particular racha estadística. De todos modos dejó a la vista su vigencia y no será extraño verlo nuevamente en el cajón de los próximos Monumentos, más adecuados para sus cualidades.

*Oss y Thomas, estelares: hace poco hablamos de Geraint Thomas como una estrella, y realmente su nivel de 2015 confirma dicha afirmación, puesto que luego de su victoria en la Volta ao Algarve y una semana brillante en París Niza, ahora volvió a descollar en la Classicissima.

El galés es la cara visible de Sky en las pruebas de un día (y en el inicio del año en las de una semana) y no esquiva sus responsabilidades. En el el tramo previo al Poggio, lanzó una feroz ofensiva junto a Oss, que duró hasta coronar la trepada y puso en aprietos al lote donde viajaba su compañero Swift, a la postre 13°. La jugada no salió como esperaban, pero Thomas dejó huella en la previa de las clásicas de pavé, donde realmente deberá buscar sus resultados.

Por otra parte, el mencionado Oss sigue siendo vital en las tácticas de BMC para Van Avermaet y Gilbert. El italiano sería líder para las clásicas en algún otro conjunto y prueba de ello son sus sólidas actuaciones, como la de Strade Bianche o la de San Remo, donde luchó con fuerza hasta ser cazado en el Poggio, dando paso al salto de su líder.

Van Avermaet no lo logró, pero Oss le hizo más sencillas las cosas a él y su escuadra.

*Matthews, futuro vencedor de la carrera: 107°, 78° y 3°, son los resultados que el aussie acumula en la Clásica Primavera, una competencia que, ciertamente, está al alcance de sus capacidades como atleta.

El de Orica tiene apenas 24 años y ya atesora etapas de la Vuelta y el Giro, eventos que lideró gracias a las mismas características que hoy le posibilitaron subir al podio en Milán San Remo: un sprint poderoso y excelentes piernas escaladoras.

 Así como en temporadas anteriores quedó claro que Degenkolb vencería algún día, Matthews presentó sus credenciales y ahora es cuestión de tiempo para que lo consiga, sobre todo porque el calendario juega a su favor debido a su corta edad.

En el futuro, con más ayuda y experiencia, “Bling” tendrá mucho que decir en la Vía Roma y, por qué no en algún otro cierre más exigente que disponga la organización.

*Sigue la sequía local: Desde 1907, el país anfitrión vio subir a lo más alto del podio en 50 oportunidades a uno de los suyos. El primero fue Luigi Ganna, en la 3º edición. Mientras que Filippo Pozzato fue el último, luego de vencer en 2006.

Desde 1914 a 1953 los transalpinos hegemonizaron la prueba, alzándose con la victoria en todas las ediciones, a excepción de 1934 y 1951. En ese lapso, grandes ídolos locales se hicieron con la “Carrera de Primavera”, tales como Constante Girardengo, campeón en seis ocasiones, Gino Bartali (4) o Fausto Coppi (3).

Pero lejos quedaron las épocas de gloria y en 2015, ninguno de los 47 ciclistas locales en liza pudieron impedir un nuevo triunfo extranjero, situación que deberá esperar otro año para romperse, cuando se cumpla una década de la celebración de Pozzato.

*Bien por…Sagan (4°), Bouhanni (6°), Gallopin (9°), Boasson Hagen (10°), Bole (16°); Arredondo trabajando en la Cipressa y Molano, escapado a los 20 años en su 1° Monumento.

*En deuda…Lobato, Greipel, Nibali, Colbrelli

*Desafortunados…Cavendish (cadena), Gilbert, Ciolek, Kwiatkowski, Stybar (caída)

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Pablo Martín Palermo

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