Por @pmpalermo

El ciclismo Sudamericano crece a pasos agigantados, y si bien Colombia encabeza el Continente por cantidad y calidad de atletas, el resto de los países de la región no se queda atrás, con apariciones maravillosas como la de Eduardo Sepúlveda en Argentina o, en este caso y con poca prensa todavía, la de João Gaspar en Brasil.

Gaspar tiene 22 años cumplidos el pasado 19 de febrero y pese a su pequeña humanidad (mide 1.66 metros y pesa 55 kilogramos) se defiende bien en todos los terrenos: “Soy un ciclista bastante completo. tengo facilidad en la montaña y me defiendo al sprint“, se presenta este admirador de Contador, Purito y Quintana.

“Creo que puedo ser la revelación del ciclismo de mi país“, sigue y completa con autocrítica: “Como dije, soy rápido en la montaña  pero debo mejorar en las cronos, aunque la última que hice me defendí bien, en el Tour de Brasil donde fui 5º a 11´´ de Sevilla, que es muy experimentado y terminó 2º ese día“.

Para mayores detalles es válido resaltar que el pedalista de Ironage Colner acabó en el tercer escalón del podio la general de la exigente prueba y que también destacó en el reciente Giro del Interior de San Pablo, donde clasificó 5º tras comenzar como líder luego de ganar el prólogo.

Dichos resultados le valieron el llamado de la Federación de su país, con la que viajará a Europa el próximo 5 de Abril en el marco de un proyecto de cara a los Juegos Olímpicos de Río en 2016: “Estuve en todos los podios de las  carreras del calendario nacional e internacional que hice y ahora viajo a Suiza para correr carreras sub 23“.

Como si todo eso fuera poco, Gaspar revela que su futuro podría estar en el ciclismo grande y que varias escuadras importantes lo siguen de cerca: “Caja Rural, Androni y Movistar me evaluarán durante el año y en Ironage están contentos“.

Pero lejos de este presente brillante, su camino al éxito no fue sencillo debido a los altos costos que su familia no podía afrontar: “Desde de pequeño yo quería ser deportista, como todos en mi país quería ser futbolista pero no tenía habilidad para eso (risas)“, comienza nuestro simpático invitado.

“A los 14 años, mi amigo Jonas de Souza Rodrigues me metió en este mundo, pero como mis padres no podían ayudarme comencé a trabajar en una bicicletería y luego entrenaba de noche, además de competir en dos carreras por mes en categorías para novatos y juveniles“, recuerda.

Pese a sus esfuerzos, tuvo que dejar el deporte que tanto le gustaba para sobrevivir a la dura realidad que le presentaba la vida en Sete Quedas, Mato Grosso, ciudad pequeña con unos 8 mil personas y sin montañas en la que su familia se radicó cuando él tenía 10 años: “Cuando cumplí 16 años ya no podía seguir sobre la bici, pero seguí trabajando, en librerías esta vez, para poder comprarme una bicicleta buena y regresar a los entrenamientos“.

 João Gaspar logró su cometido y de allí en más su ascenso fue meteórico, como él cuando llega la montaña: “Volví al ciclismo en 2010 con muchas ganas y en esa última temporada que tenía como Junior gané muchas carreras, que me animaron a viajar a San Pablo en busca de un equipo pequeño que me diera lugar para batallar contra los mejores de Brasil“.

Así fue como el talentoso corredor forjó su propio destino y comenzó a hacerse un nombre, pero mejor que él siga con el relato: “Como decía, en 2011 fui a San Pablo conseguí entrar a un equipo chico con buenos resultados y eso llamó la atención de estructuras más importantes. Fue entonces que firmé con el  Assis y al poco tiempo todos me conocían“, narra con emoción el sufrido y joven.

El último paso, pero tal vez el más importante, fue la llegada de el argentino Edgardo Simón a su vida, experimentado corredor que también es Manager del Ironage Colner y que según nuestro protagonista, ha sido una influencia decisiva en su trayectoria: “En 2013 firmé con Ironage Colner y una persona muy importante entró en mi vida: Edgardo Simón. Él me dijo que yo tenía un potencial increíble pero que tenía que trabajar duro para crecer y en unos meses a su lado tuve una progresión muy grande“, asevera.

“Edgardo es muy importante para mí, ya es un amigo y un compañero muy profesional con el que aprendo algo cada día que pasa y que me dijo que yo podía llegar lejos. Si hay alguien a quién debo agradecer es a él“, completa, confirmando la fama de forjador de talentos (entrenó a Sepúlveda) que acredita el de Coronel Suárez.

Para cerrar, el alegre João explica el origen de su apodo, que en el ciclismo es sinónimo del corredor más grande todos los tiempos: “Yo no sabía que a Eddy Merckx le decían así, de hecho el mote no tiene que ver con este deporte. Surgió cuando era chico, porque comía mucho todo el tiempo y entonces comenzaron a decirme Caníbal (risas), pero ahora es un honor para mí“.

Este es João Gaspar, joven atleta brasilero al que el futuro parece hacer un guiño luego de una vida dura en la que sus ganas pudieron más que la realidad, a la que venció sin otro secreto que el trabajo duro para finalmente conseguir lo que quería: ganarse el sueldo sobre una bicicleta.

Pablo Martín Palermo

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