El destino ideal para Antón

Por @pmpalermo

Finalmente se terminó la novela y otro de los grandes nombres sin equipo en el mercado encontró su lugar para 2014, ya que Igor Antón correrá en el poderoso Movistar a las órdenes de Eusebio Unzué.

Pero lejos de tratarse de un salvavidas provisorio para seguir en activo, este paso al conjunto telefónico será clave en su carrera ya que cambiará de rol, no será líder como en Euskaltel y deberá trabajar para Alejandro Valverde y Nairo Quintana.  

Es que el vasco necesitaba un baño de realidad y un entorno tranquilo para recuperar la senda que lo llevó a ser figura e incluso a estar cerca de ganar la Vuelta a España hace unos años.

Tras sus días de gloria, las caídas, el enrarecido clima alrededor de su equipo y la mala suerte hicieron el resto para convertir a un aspirante real a las grandes en un irregular ciclista, todavía capaz de ganar en las mejores cimas e incluso de finalizar en el top ten de las pruebas de tres semanas.

Si bien nunca recuperó el supersónico nivel de 2010, el talentoso escalador se las ingenió para hacerse con sendas jornadas en Giro y Vuelta en 2011, competencia en la que además concluyó 9° en la general en 2012.

Pero nadie es ajeno a lo que sucede a su alrededor por lo que las idas y vueltas en torno al futuro de Euskaltel, la inclusión de extranjeros y las expectativas generadas sobre él atentaron contra su rendimiento, puesto que como todo líder, era uno de los encargados de dar la cara por un necesitado conjunto en el peor momento de la historia.

En cambio, tras quedar en la calle, sin nada que perder y ahora en un nuevo rol sin tanta presión, posiblemente Antón vuelva a mostrar su mejor versión, esa que lo llevó a plantar cara a los mejores del mundo en alguna oportunidad y que por falta de confianza no volvió a verse.

Bien arropado en una estructura sin problemas, con la sola función de respaldar a sus jefes en la montaña y alguna chance propia en competencias menores, el pedalista podrá recuperar gradualmente la moral y quizás, sin proponérselo, se encuentre a sí mismo entre los máximos exponentes de este deporte, lugar que supo ocupar con holgura y que a sus 30 años, todavía puede recuperar.

Pablo Martín Palermo