El gregario del año: Kévin Réza
Por @pmpalermo
Era imposible continuar con los premios de fin de temporada sin abordar el que reconoce a los héroes anónimos del pelotón, los esforzados gregarios. Esos que se desviven por sus compañeros, ya sea trabajando de cara al viento, llevando botellas o lanzando a sus líderes en una tarea abnegada y subestimada como pocas, vital para el lucimiento del resto.
En ese contexto y aunque todos merecen una valoración, vamos a destacar a uno que, a entender de Ciclismo Internacional, resaltó especialmente a la hora de vaciarse por el bien común, el simpático y llamativo Kévin Réza.
Nacido en Versailles y con raíces en las Antillas, saltó a profesionales en 2011 con Europcar tras haberse desarrollado en La Roche sur Yon (escuela especializada en ciclismo) primero y el Vendée U después, estructuras vinculadas a la de Bernardeau, donde posteriormente se hizo hueco trabajando a destajo allí donde fuera necesario y siempre haciendo gala de su versatilidad, de la que se valió para levantar embalajes, tirar del mayoritario o meterse en escapadas, todo por igual y sin desentonar en lo más mínimo.
Pero no sólo sudó para otros y por eso tuvo su premio en las pocas ocasiones donde encontró libertad, como cuando fue tercero en el Campeonato de Francia por detrás de dos cracks como Démare y Bouhanni o los días que rozó el triunfo en País Vasco (segundo en Vitoria-Gasteiz tras Matthews) y Limousin, batido por Belletti.
Logros individuales al margen, Réza fue el gregario de 2014 y el punto álgido de su faena llegó en el momento clave, el Tour de Francia, donde se esforzó al máximo a lo largo de las tres semanas para sus compañeros, lanzando los sprints para Coquard o tirando en las escapadas para Voeckler y Rolland, en el llano y la montaña.
A tal punto fue así que, en un momento, se hizo habitual que la transmisión televisiva comenzara con el “morocho” de Europcar encabezando cortes o el pelotón. Impresionante y notorio, porque no pasó desapercibido a los ojos del seleccionador galo, que le otorgó un boleto para el Mundial de Ponferrada.
Capaz de escalar, sprintar o rodar, deja atrás una década bajo el ala protectora de Bernardeau puesto que fichó para las próximas dos temporadas con la FDJ de Madiot, donde Arnaud Démare será su protegido a la hora de las volatas o Thibaut Pinot cuando sea necesario durante el Tour.
Nuestro gregario perfecto completó un año magnífico con 77 días de actividad, 12987 kilómetros y algunos otros buenos resultados personales como el 6° puesto en Classic Loire Atlantique o el 9° en la general del Tour de Picardie, pero claramente, su mejor cara fue la mostrada en beneficio de los compañeros, erigiéndose con justicia como el gregario perfecto de 2014.