El retiro de Jens Voigt: adiós a un grande
Por @pmpalermo
Terminó el USA Pro Challenge, Howes ganó la última etapa, Van Garderen la general y, sinceramente, poco importa ya que esta prueba marcó las últimas pedaladas como profesional del ya mítico Jens Voigt.
El veterano pedalista alemán de 42 años trascendió todos los límites y se convirtió, de un tiempo a esta parte, en uno de los corredores más queridos dentro del pelotón mundial, que además, tiene todo por aprender del ya ex atleta de Trek.
Activo en la máxima categoría desde 1998 (17 temporadas), acumula en su palmarés 79 victorias, aunque el lustro pasado cobró mayor relevancia como gregario, labor en la que destacó por su incansable trabajo en beneficio de diferentes líderes que elogiaron hasta el hartazgo sus prestaciones.
Rodador poderoso e incombustible, jamás dejó de atacar y ese fue el motivo por el que se ganó el afecto y admiración de todos en el ambiente, agradecido por las emociones regaladas en tiempos cada vez más mezquinos y robóticos.
Para mayores detalles sobre el cariño que le tiene el público, basta con repasar lo sucedido hace unos días, en el transcurso de la cuarta fración del USA Pro Challenge, cuando lanzó su enésimo ataque y fue cazado a metros de meta, a la que arribó chocando la mano amistosamente con los espectadores.
Nacido en Grevesmühlen, logró todo tipo de gestas entre las que destacan su dominio absoluto del Critérium Internacional con 5 triunfos en la general (máximo ganador junto a Idée y Poulidor), una etapa del Giro, dos en el Tour y el honor de portar el maillot amarillo dos veces, sin contar inumerables competencias de un día o una semana a lo largo y ancho del calendario.
Otra marca que quedará para la historia son sus 17 participaciones consecutivas (entre 1998 y 2014; terminó 14) en el Tour de Francia, récord igualado con el estadounidense George Hincapie y el australiano Stuart O’Grady.
Siempre lejos de las polémicas y nunca sospechado por dopaje pese a ser parte de una generación manchada, generó admiración también por ser dueño de una filosofía de vida digna de seguir: disfrutar la vida y la familia al 100% y entrenar sobre su bici al 110%.
A tal punto fue así que se popularizó su frase “Shut up legs” (callense piernas), un lema derivado de su admiración por un antiguo atleta checo que lo marcó y que decía que si no tenía piernas, las forzaba.
Su grandeza queda a la vista con actitudes de todo tipo, pero si una es digna de mención fue el desenlace de la 18° jornada del Giro 2006, cuando iba escapado entre las altas cumbres rumbo a Passo San Pellegrino y pronto sólo él y Garate quedaron en punta. Ese día el español estuvo intratable, el teutón apenas aguantó su rueda, no tiró un metro y decidió no disputar el sprint aún pudiendo haberlo hecho.
Una terrible caída en la ronda gala de 2009 y una carta de agradecimiento a los fanáticos vascos fueron otros dos momentos claves de su periplo como ciclista: superó la primera y volvió con más fuerza, y escribió la segunda debido a que se estrenó como profesional en la Vuelta al País Vasco en 1998 y ese día cambió su vida.
Cercano a los 43 años, el germano deja la máxima categoría con capacidad para seguir en activo y destinará ahora sus energías a criar a 6 hijos, pero lo cierto es que el mundo del ciclismo ya lo extraña y su hueco será imposible de llenar.
Pablo Martín Palermo