Historias: Jorge Bravo, el abuelo del Tour de San Luis
Por @pmpalermo
Con tantos equipos y sus respectivos vehículos, resulta gracioso (pero no sorprende) que toda la atención de periodistas y fans del Tour de San Luis se la lleven unos pocos, especialmente, las escuadras del World Tour.
Sin embargo, los demás también cuentan, forman parte de la caravana y están allí, bajo el mismo sol abrasador que el resto y mucho más accesibles que sus pares famosos. Hablamos de escuadras como Cuba, Costa Rica, Chile o, en el caso que nos compete, Uruguay.
Los “Charrúas”, como se los llama por estos lares, fueron invitados por la organización y respondieron al llamado con un combinado que mezcla veteranía y juventud, para un promedio de edad de 31 años. Elevado, si se quiere, por la presencia de un personaje único en el lote del que bien vale la pena conocer un poco más.
Se trata de Jorge Bravo, el corredor más veterano del pelotón, merced a sus 48 años, que no parecen tantos cuando uno se acerca a su delgada y jovial figura. “Es mi primera vez en San Luis y es un regalo en mi carrera deportiva”, empieza Bravo, en exclusiva con ciclismointernacional.com. “Es la prueba más importante en la que tomé parte, además, es la más grande del continente”, añade.
Más de tres décadas de ciclismo le otorgan un bagaje suficiente como para no obnubilarse ante la presencia de estrellas como Nibali, Quintana o Sagan, algo que se entiende un poco más cuando narra algunas de sus vivencias. “He compartido con muchas estrellas, pero recuerdo cuando Rusia fue a Uruguay. Allí estuvo Pavel Tonkov, doble vencedor del Giro de Italia. Luego nos volvimos a cruzar en Chile, en 1991”, rememora.
El uruguayo no es una estrella, pero tiene bien ganada la deferencia con la que se lo trata de este lado del mundo. “Me impresiona el respeto de los demás corredores hacia mi, al menos, de los sudamericanos”, reconoce con algo de timidez.
Llegado este punto, más de uno se debe preguntar cuál es el secreto del uruguayo para llegar hasta los 48 años en tan buen estado, y él descubre su fórmula. “Yo vivo el ciclismo y lo hago profesional al 100%, mientras que los jóvenes tienen muchas distracciones. Hay grandes ciclistas que no van a llegar a nada porque no están enfocados en sufrir, entrenar, descansar o irse a Europa. Acá, si el día es de descanso, hay que descansar, no irse a pasear”.
“La disciplina y la familia son fundamentales para haber llegado a esta edad en condiciones. La tranquilidad es clave”, continúa, y tras una pausa, agrega. “Con las caídas he tenido suerte. Obvio que estar bien ubicado es clave, porque si tenés buenas piernas pero vas mal posicionado, no sirve de nada. Pero también para poder llegar hasta esta edad sano. Intento correr más del lado externo, aunque haga más esfuerzo, porque es más seguro”, redondea.
Un trabajador
Delgado, con pocas canas y, según se aprecia en el palmarés, muy en forma, Bravo tiene casi medio siglo sobre sus hombros. Y tantos años no están exentos de anécdotas, por lo que es obligatorio conocer su historia.
“En realidad es simple, de chico dejé mi hogar y pude encontrar un buen equipo y sueldo en el Belo Horizonte”, recuerda. “Desde entonces vivo del ciclismo y, ahora, el Schnek Alas Rojas paga unos mil dólares mensuales. Además, tengo una importadora de revistas con mi hermano, una empresa pequeña que aporta algo más”, apostilla.
Vivir de la bici en Latinoamérica es cosa de unos pocos, y aunque nuestro protagonista es uno de esos elegidos, insiste en hablar de su esposa, clave en su longevidad ciclística. “Ella es psicóloga, tiene cuatro trabajos y eso nos da un buen pasar como para que yo siga en el ciclismo. En otra situación hubiera dejado hace rato”, asevera.
Poco afectos a caer en lugares comunes, es inevitable consultarlo por su fecha de caducidad. “Voy día a día, o carrera a carrera. Después de la Vuelta al Uruguay veré si sigo, en invierno”, corta con firmeza, y pasa a otro tema.
Generaciones de ciclistas y… tecnología
La charla sigue, amena y entre ciclistas que van y vienen al control de firmas. Bravo, que debe cumplir con el mismo protocolo, no muestra apuro y se entrega por completo a ciclismointernacional.com, a quien cuenta de su obsesión por el deporte pedal.
“No tengo otro hobby, miro deportes en general, pero el ciclismo es lo mío”, tira entre risas. “En invierno haré el curso de entrenador con un técnico español, ya pensando en el futuro, siempre ligado al ciclismo. Mi vida es este deporte”, insiste, en tanto que sus jóvenes compañeros esperan la largada, ensimismados en sus teléfonos celulares.
Y eso da pie a Bravo para hablar de las diferencias generacionales. “Los jóvenes deben cambiar de mentalidad y es bueno que los más chicos tengan a un corredor experimentado como yo al lado. Lástima que los jóvenes no preguntan más, como hacíamos nosotros a su edad”, medita.
“Con las redes sociales la peleo”, bromea, dejando entrever que no le gustan. “Con el estudio también, porque lo abandoné de chico y no terminé. A mis hijos les impongo la condición de que estudien si quieren hacer deporte. Hoy trato de agarrar los libros cada vez que puedo y tendré que hacerlo más para poder ser entrenador”, piensa en voz alta.
Los temas fluyen, uno tras otro, y llega el turno de ponderar la evolución tecnológica en el ciclismo a lo largo de su extensa trayectoria. “Las bicicletas han mejorado, en todo sentido. El carbono cambió el mundo, no sólo del ciclismo. Todos los cambios han sido para mejor, las ruedas, los cuadros, etc”, dice convencido.
“El cambio electrónico es lo mejor que han hecho, yo tengo el mecánico porque mi sponsor usa bicicletas con el mismo, pero no hay que ser necio y decir que lo pasado fue mejor, porque no es así”, sorprende, en claro contraste con gente como Cancellara, quien hizo público su apego por cambios y frenos más antiguos.
En pleno auge del potenciómetro, nuestro invitado enseña su inteligencia, ya que aún teniendo acceso a los mismos, no los sabe utilizar con propiedad. “Yo entreno por el pulso. Los vatios no son para cualquiera y se necesita un estudio para eso. Los profesionales lo usan porque hay gente especializada que los orienta, tienen médicos y demás. Es el futuro del ciclismo que ya está aquí”, evalúa.
Correr después de los 40
Admirado por la mayoría, el campeón del último Giro por la Hermandad no escapa a las críticas, porque no son pocos los que consideran que debe dar paso a los más chicos. “Siempre habrá gente que tira en contra. Yo siempre me callé la boca y respeté a los técnicos, así que ahora que estoy dentro de la Selección sigo pensando igual, porque si estoy, es por méritos propios”, dice.
“Como conté antes, considero que es positivo para los más jóvenes correr y compartir con gente como yo o Mascarañas, que tenemos muchas vivencias para transmitirles”, opina, y luego reivindica la figura de los “cuarentones”.
“Si un corredor era bueno en su juventud, se cuida y tiene disciplina, seguirá siendo bueno en los 40. Gente como Mancebo o Sevilla no continúan ganando por casualidad, están vigentes en una época de muchos controles antidopaje y eso evidencia su calidad”, se explaya.
20 vueltas al planeta
“No llevo estadísticas, no guardo trofeos, ni nada. Mi familia y amigos me conocen y no tengo que mostrarles nada a los que entran a mi hogar”, comenta al ser consultado respecto a su historial. No obstante ello, el líder de la selección de Uruguay calcula que, desde los 17 años, ha realizado unos 25000 kilómetros por temporada, cifra que, multiplicada por las 31 temporadas como profesional, arrojan unos 775000 kilómetros totales, es decir, unas 20 vueltas a la tierra.
Sorprendido y divertido por la estadística, Bravo sigue a lo suyo, pero no esquiva la anécdota. “Antes hacíamos más kilómetros, ahora no tanto, pero seguro que varias vueltas alrededor del mundo hice (risas)”. Y no sorprendería que fueran más, porque su calendario no tiene respiro. “Ahora vengo del Giro por la Hermandad (NdR: lo ganó) y Vuelta a San Juan, y luego de San Luis iré a Rutas de América, Vuelta al Uruguay y otras carreras por etapas”.
Tras media hora de conversación, el llamado al control de firmas es ineludible, pero antes de marcharse, el simpático ciclista deja algunas frases interesantes. “¿Si me arrepiento de algo? Sí, de no haber viajado a Europa a correr. Pude haberlo hecho en la década del 90, porque ganaba bien. Del resto no me arrepiento de nada, el ciclismo me ha dado el reconocimiento y todo lo que soy hoy”.
Líder respetado, un ejemplo a imitar y un atleta impecable, Jorge Bravo rueda, con 48 años, codo a codo con los Quintana, Nibali y compañía. Casi como si de un Tour de despedida se tratara, sonríe y disfruta de su hobby/trabajo, y como si hiciera falta saberlo, dice: “Si volviese a nacer, sería ciclista otra vez”.
La entrevista terminó y Jorge -porque la charla generó un vínculo que nos permite llamarlo por su nombre- toma el avituallamiento, posa para algunos fotógrafos y se apresta a rodar, pero no evita la última demanda, una clara alusión a su veteranía. “Tengo 48 años, sin dudas que soy el abuelo del pelotón, no creo que haya otro corriendo a este nivel con mi edad”.
Pablo Martín Palermo
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Crack! :)
Muy buena nota, excelente deportista
muy grande mi coterraneo ¡¡
Gracias por la nota que le hicieron, este es un ejemplo de deportista de mi país un charrua!
Que persona tan humilde Dios lo guarde y le de muchos años mas en su caballito de acero.
Un ejemplo de deportista. Grande Jorge
Un ciclista de lujo para nuestro Pais, un grande entre los grandes, aca en URUGUAY, solo le falta haber ganado una VUELTA CICLISTA DE URUGUAY, quizas este año se le de asi puede terminar su carrera deportiva como el se lo merece
Ganó la Vuelta del Uruguay de 2007
junto a los grandes del ciclismo uruguayo.cuantas veces lo habran nombrado los grandes relatores de la vuelta o rutas de america.felicitaciones BRAVO.
Un Fenomeno !!! Arriba y abajo se la bicicleta, como dice en la nota un ejemplo a seguir !!!. Una gran humildad ante todo !!! Sin dudas será un fenómeno como técnico tambien !!!
Es un verdadero ejemplo como profesional . Ejemplo a seguir por todos los deportistas que deseen éxitos. Que la juventud sobre todo la del pedal se miren en este espejo . Además excelente persona.