Kwiatkowski, un año maravilloso

Por @pmpalermo

Michal Kwiatkowski es nuevo campeón mundial y esto no es sorpresa, por lo menos no para nosotros que venimos destacando sus prestaciones desde el inicio mismo de la campaña cuando, en apenas su tercer día de competición, se quedó con el Trofeo Serra Tramuntana en un claro anticipo de lo que vendría.Recordemos…

Inmediatamente después de Mallorca, el periplo exitoso del polaco siguió en la Volta ao Algarve, donde además de quedarse con la general, voló en los 13.6 kilómetros de la contra reloj, batiendo a los mejores especialistas del mundo sin olvidar que la jornada previa había ganado en solitario en Monchique.

Lejos de conformarse, se adjudicó la Strade Bianche con una muestra más de su categoría al disputar, como si de un veterano se tratara, sobre los complicados caminos de tierra Toscanos para derrotar nada menos que a Peter Sagan, favorito en casi todas las apuestas.

Llegó la Tirreno Adriático y el joven pedalista (24 años) sufrió su único día malo de esa parte inicial del año cuando Contador le dio una lección camino al Muro di Guardiagrele, donde nuestro protagonista cedió una minutada y se despidió de la tabla principal que lideraba hasta entonces.

En la exigente Vuelta al País Vasco Kwiatkowski retornó a la senda del éxito cuando acabó en el 3º puesto…¡en cinco de las seis etapas del evento! incluso mezclándose en los embalajes, para redondear un 2º en la general por detrás del intratable Contador que aterrorizó el pelotón esos días.

Finalmente viajó a las Ardenas y si bien tenía buenos antecedentes (4º en Amstel Gold Race y 5º en Flecha Valona), sus prestaciones volvieron a exceder la media, cerrando la semana 5º en la Clásica de la cerveza y 3º en Flecha y Lieja, dejando la sensación de haber sido el más fuerte junto a Valverde.

Ya en Romandía, cuando muchos esperaban su debacle por el cansancio el talentoso ciclista volvió a hacer de las suyas y se quedó con el prólogo, un poco por su poderío y otro poco por la inteligencia de haber partido antes del cambio de viento.

Días después terminó por abandonar fatigado, situación que se repitió en el Dauphiné y que igualmente no le impidió consagrarse campeón nacional contrarreloj o participar en el Tour de Francia, donde se cansó de probar suerte aún sin piernas.

Tras la Grande Bouclé se tomó un extenso y merecido descanso, realizó una concentración en altura y volvió con suceso en el Tour de Gran Bretaña (una etapa y 2° en la general), afrontando su tercer pico de forma de cara a Ponferrada.

Lo demás es historia reciente, con el de Omega consiguiendo un triunfo merecido como pocos, ya que fue Polonia el único conjunto que trabajó las primeras cuatro horas del Mundial, sin olvidar que luego su capitán se colgó la prestigiosa medalla mediante una movida magistral antes de lo esperado, anticipándose al resto de los aspirantes para aguantar luego en el descenso.

Muchos hablan de que las grandes vueltas son su punto débil, y es cierto que los puertos largos no le van bien (por ahora) pero “Kwiato” fue uno de los mejores pedalistas de 2014, campaña en la que, como detallamos, arrasó de febrero a octubre en pruebas de un día o de una semana, coronando un curso maravilloso con el oro más preciado que le valió el anhelado arcoíris.

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