La cabeza de Bradley Wiggins - Ciclismo Internacional

Por @pmpalermo

Sir Bradley Wiggins escribió una nueva página en el libro de su brillante trayectoria con una victoria aplastante en el Mundial contrarreloj sobre Tony Martin, hasta hoy imbatible rey de la especialidad que sucumbió ante la clase del inglés. wiggo1

Lejos de ser una sorpresa (de hecho fue nuestra apuesta en la previa) esto no hace más que confirmar lo que tantas veces expresamos en torno a la figura del de Sky, un corredor atípico que llegó a ser alcohólico y que funciona por temporadas, según su cabeza le indique.

Es que no hay otra explicación a sus marcados altibajos, porque no hay que olvidar que hablamos de un múltiple campeón mundial de pista que decidió ganar el Tour de Francia y lo consiguió, esfuerzos inhumanos mediante, para luego hundirse en un pozo del que salió cuando encontró nuevos retos.Estos llegaron en 2014, campaña en la que se fijó hacerlo bien en la París Roubaix, Tour de California y Mundial contra cronómetro; los resultados hablan por si mismos: 9° en el  mítico pavé y 1° en las otras dos citas.

Por si alguno no lo sabe, es conveniente recordar que Wiggins es un atleta maravilloso que se forjó a si mismo a su antojo, como pistard primero y vueltómano después, siempre gracias a una fuerza de voluntad increíble, esa que se quebró la campaña pasada tras años de esfuerzos para cumplir el sueño máximo de vestir de amarillo en París.

Sacrificios, por si alguno no lo sabe, como los brutales entrenamientos a los que se sometió para perder peso y adaptarse al calor, tales como pedalear en un invernadero con estufas hasta desmayarse o llevar una dieta adecuada con la que pasó de 82 kilos en 2008 a los 69 de 2012.

A este panorama hay que agregarle la complicada infancia que vivió y sus orígenes culturales, donde beber cerveza (en exceso es pésimo para un deportista) es casi obligatorio y, en el caso que nos atañe, un rasgo exacerbado debido a marcas indelebles de su atribulada niñez.

Ya sin la monstruosa presión que cargó durante varias temporadas sobre sus hombros, hizo borrón y cuenta nueva, fijó otras metas y recuperó los bríos, apoyándose una vez más en sus dos armas letales: la cabeza y el talento sobre la cabra.

Sir Brad volvió a ser el mismo que ganó la ronda gala volando contra el tiempo y prueba de ello es que en 2014 destacó siempre en la especialidad puesto que fue 6° en el prólogo de Andalucía, 3° en la crono de Tirreno, 1° en la de California (campeón), 1° en el campeonato Nacional, 1° en Tour de Gran Bretaña y 1° en el Mundial.

En mayo último aseveramos que todavía tenía mucho para dar y esta frase fue una suerte de anticipo de lo que sucedería en Ponferrada “lo que sí puede hacer es perseguir desafíos inéditos, más pequeños aunque no por ello poco importantes, como pueden ser vueltas de una semana o cronos de alta alcurnia, especialidad en la que sigue maravillando y que le puede dar muchas alegrías“.

Por eso, lo acontecido el 24 de septiembre de 2014 ratifica que el británico de Sky funciona con objetivos y motivaciones, ya que acaba de conseguir uno y al mismo tiempo se fijó otro en el que difícilmente falle y que le pemirtirá seguir al máximo en 2015: el Récord de la Hora.

Este es Bradley Wiggins, un atleta virtuoso como pocos al que, guste o no, su cabeza potencia o hunde por igual al punto de transformarlo en un corredor único e irrepetible capaz de lo mejor y lo peor.

*Relacionadas: ¿Está el mejor Wiggins de regreso?

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Pablo Martín Palermo

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