Lefevere, la cruz que cargará Julian Alaphilippe en 2023 

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A estas alturas es de conocimiento público el pique que llevan ambos producto de las declaraciones del jefe de Quick-Step donde cuestiona la proporcionalidad del salario del francés a su rendimiento. Cierto es que es un cruce que no ha llegado a su punto de quiebre ni mucho menos, sin embargo, que se quede en anécdota o escale a algo más depende completamente de Alaphilippe, que en sus piernas tiene la clave para calmar las aguas.

Por @amatiz12

Lefevere tiene fama por su mano dura, por ser alguien al que no le tiembla la voz cuando de criticar a los suyos se trata, así ello implique colmar el ambiente de tensión y llevar esos conflictos al extremo (en ocasiones). Por esa personalidad tan cruda, no es alguien fácil de lidiar cuando no está contento con algo.

Y para aclarar, lo que opina Patrick es más que correcto -según este servidor- y tiene razón en exigir más a su pupilo. Un sueldo de lujo se retribuye con resultados, y si estos no llegan, el que paga tiene toda la razón de estar molesto y esperar más. ‘Loulou’ apenas consiguió 2 victorias en la última temporada y su nivel en 2021-2022 no es similar a su mejor versión.

Julian tiene la obligación de hacerlo mejor en 2023, de regresar al umbral de victorias que registraba hace unos años y al rendimiento que lo consolidó como uno de los mejores clasicómanos del momento. Si lo consigue será una historia con final feliz, pero, ¿si no es así?

Ya vimos cómo terminó la relación con Sam Bennett, a quien destruyó públicamente desde que no corrió el Tour de France. Situación incómoda y estresante para cualquier corredor, pues no creo que sea del agrado de nadie que su propio jefe lo machaque frente a todos, sin piedad o límites aunque tenga sus razones.

Siempre ha sido su actitud más reprochable -y con razón-. Por algo dicen que lo más sano es felicitar en público y corregir en privado. Pero Lefevere es lo que es, nunca cambiará. Y ya conociendo ese historial, una de las necesidades de Alaphilippe por volver a sus fueros es justamente para evitar algo así.

No es la intención de este texto extasiar la polémica o exagerar al máximo este trance, pero bien recita el argot popular que desde el desayuno se sabe cómo será el almuerzo.

Y como en este último tiempo el doble campeón del mundo ha defraudado a su patrón, no sólo deberá entregar resultados sino suplir con éxito otras áreas pendientes del proyecto. En 2022 el ‘Wolfpack’ fracasó en los adoquines belgas y sin gente que dé garantía de retomar el brillo acostumbrado en tales pruebas, será Alaphilippe quien tome la batuta disputando E3, Gent, A Través de Flandes y el propio Tour de Flandes, su gran objetivo de la primavera.

Tanta así es la prioridad que tienen esas carreras, que están por encima de las Ardenas, terreno donde más se ha lucido y donde no tiene la certeza de estar este año. En De Ronde, el galo ha rendido y aunque tenga unos factores que le jueguen en contra como el peso, puede estar en capacidad de competir con la victoria si retoma el nivel exigido.

Luego está el Tour donde volverá a tomar la responsabilidad del bloque junto a quien designen como sprinter (Merlier o Jakobsen), augurando volver al hábito de portar el amarillo con un inicio en suelo vasco que le encaja muy bien.

Su calendario estará cargado de salida, con punto de partida en las clásicas de Mallorca, pasando por Italia en Strade Bianche o Tirreno y por los objetivos ya mencionados. Es un diseño que expresa por sí solo el ideal de ganar y exhibir un rendimiento acorde a su calidad.

Todo eso afrontándolo con la estricta vigilancia de Lefevere, que incluso reveló que le ofreció la posibilidad de salir del equipo si así lo quería. Alaphilippe es consciente de que volver a ser quien era es una misión que va más allá de redimirse con él mismo, pasa por librarse de esa cruz que es Lefevere, que exige y demanda como ninguno otro jefe en el ciclismo.

Alejandro Matiz¿Te gusta lo que hacemos? Puedes seguirnos en Instagram y TwitterSúmate en Facebook: Ciclismo Internacional

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4 pensamientos sobre “Lefevere, la cruz que cargará Julian Alaphilippe en 2023 

  1. Si se la pasa con los mal infortunios y las lesiones, que en sus respectivos momentos era provocados incluso por otros, como en la Strade Bianchi, caida que lo acondiciono toda la temporada pasada, para luego rematar en Lieja, como va a rendir.
    O debe ser que eso no se toma en cuenta, no se le puede pedir mucho a alguien que mantiene en el suelo o con algo roto en el cuerpo, yo hasta creo que para la mala suerte que el tuvo, y no por errores de el, tuvo un temporada decente, igual creo que el viejito loco de ese equipo tampoco lo entenderia.

  2. Por el sueldo!!! Creo que en otra escuadra ganaria mas y sin responsabilidades…ya todos sabemos que bien pago no es lefevere, es mas la mayoria se les va por mejores propuestas de salario…desconosco el contrato de Lulú, pero algo me dice que el otro año cambia de equipo…esta bien exigir resultados, pero con caidas de por medio imposible…

  3. Es raro, le ofreció salir del equipo y no quiso, porque ofertas le sobraran. Si sufre o tiene exceso de presión es porque así lo quiere de lo contrario hasta mejor pago estaría en otras escuadras. O le temerá a la creencia popular de que afuera de QuickStep hace frío?

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