Nícolas Sessler, el prometedor escalador brasileño de las cinco lenguas

Por @FXavierVidela

Paso a paso, Brasil también gana representación en el ciclismo. Nícolas M. Sessler, formado en el MTB, se hace un hueco entre los grandes de la ruta. El joven de 23 años está próximo a dar el salto a Profesionales y, así, ver recompensados los sacrificios que realizó desde juvenil, cuando se alejó de su patria para alcanzar sus sueños en el mundo de las bielas. 

Con un muy buen español, sin antes agradecer por la entrevista, el risueño escalador comentó a ‘Ciclismo Internacional’ cómo fueron sus inicios: “Empecé en el MTB. Fui dos veces campeón nacional, dos veces podio en Copas del Mundo y 7° en el ranking mundial juvenil. Por eso, nunca había tenido interés en pasarme a la carretera. A través de esos resultados, entré en contacto con un equipo belga que me invitó para competir allá”.

“Cuando pasé de juveniles a Sub 23, me fui a vivir a Bélgica, más precisamente a Flandes. Allá la afición por la ruta es muy grande y no tardó mucho para que mi entrenador, Jeroen Cruyt, me propusiera probar en esa modalidad, luego de mirar mis pruebas de esfuerzo y perfil”, relató.

“‘No, eso no me gusta, eso es para mí’, fue lo primero que le dije”, respondió Sessler, tajante. Sin embargo, tras una conversación, Cruyt logró convencerlo para enrolarse en las filas de un equipo pequeño, “sin presiones ni responsabilidades, solo para entrenar”.

Así, a finales de 2015 comenzó a combinar el MTB con la ruta. “Disfruté bastante, me gustó mucho”, comentó Nícolas, quien no tardó en alzar los brazos en territorio europeo, venciendo en la 2° etapa del Tour de la Dordogne francés. “Todo eso me fue motivando a intentar un poco más”, añadió el paulista, quien fichó para la siguiente temporada con el VL Technics, uno de los mejores conjuntos belgas Sub 23.

Ese momento fue clave en su carrera, pues decidió centrarse en la ruta únicamente, en su último año como Sub 23. “Me dije ‘si intento un año en la carretera y no me va bien, puedo volver al MTB y no habré perdido nada. Pero, si quiero progresar en la ruta, es ahora o nunca. Debo coger esa oportunidad e intentar hacerlo bien'”, recordó.

Y el tiempo le mostró que no se había equivocado. “El 2016 me salió muy bien, con muy buenos resultados que me incentivaron para continuar y seguir progresando”, expresó. “Al cierre de ese curso gané mi primera general, la Volta a Valencia”, título que le valió el llamado de Juanjo Oroz, director de Lizarte, para incorporarse en 2017. “El ciclismo español me va mejor que el belga, ya que soy un ciclista pequeño, ligero y escalador. Así que decidí sumarme a ellos”, mencionó el brasileño de 1.69 m y 58 kg.

“He aprendido muchísimo en Lizarte, todos me han enseñado bastante para crecer como ciclista y como persona. He visto un ciclismo diferente, otra manera de correr, se trabaja mucho más en equipo”, valoró Sessler, quien ha tenido un año muy regular, con puestos de privilegio desde la primera a la última carrera, coronando con el título en la Volta a Lleida.

Así, Nícolas llamó la atención del Israel Cycling Academy, quien le dio la posibilidad de demostrar su valía como ‘stagiaire’. Y, aunque le avisaron que sería difícil que lo contrataran para 2018, ya que buscaban corredores más experimentados, dejó todo de sí para ofrecer una buena presentación. “Ha sido una experiencia única, muy bonita. He disfrutado y aprendido muchísimo. Me vino bien para ver cómo es el ciclismo ‘de verdad’, el profesional, y qué tipo de corredor puedo ser”, declaró el oriundo de Ribeirão Preto, quien ya mira hacia la campaña entrante.

“El próximo año será de muchas novedades. Tengo bastante ilusión por las cosas que vendrán. Aún no puedo comentar mucho sobre dónde estaré, ya que no hay nada 100% seguro. Lo único claro es que espero estar en profesionales, seguir aprendiendo y ver hasta dónde puedo llegar”, completó Sessler, quien ha dejado un poco de lado los estudios para probar suerte en el deporte.

“La educación siempre ha sido muy importante para mí. Mis padres nunca me han dado la opción de no estudiar, y lo agradezco”, explicó el brasileño. Primero, con el tema de los idiomas; luego, con los estudios universitarios. “Estudié Economía y Administración de Empresas en la Universidad de San Pablo. Luego, cuando me fui a Bélgica, hice un intercambio de un año en Gante”, añadió el joven escalador, capaz de hablar en cinco lenguas.

Sin embargo, contrario a lo que muchos pensarían, dijo que “ningún idioma es fácil ni divertido de aprender”. A su portugués natal, le suma el inglés, que estudió “desde pequeño”. Mientras que, el francés, el neerlandés y el español, han sido por necesidad. “Realmente, esa es la mejor opción para aprenderlo, cuando no tienes otra opción que no es hablar”, opinó la promesa brasileña, quien recordó una anécdota de su arribo a Europa.

“Cuando llegué al equipo de MTB en Bélgica, nadie hablaba inglés, solo francés. Entonces me dije ‘¿Qué hago aquí?’, y me tuve que poner a estudiar francés. Luego, cuando estuve de intercambio en Gante, también, tuve que aprender neerlandés”, comentó. “Todo viene de manera natural. Si quieres integrarte, si quieres estar en el equipo, debes aprenderlo sí o sí”, agregó el sudamericano, que dejó de vivir en su patria hace cuatro años.

Finalmente, admitió que tampoco tuvo mucha opción con el español en Lizarte. “Si preguntas a cualquier integrante del equipo que me conoció el año pasado, te dirán que hablaba un español ridículo”, admitió, entre risas, y con un castellano muy claro, que mejoró con gran esfuerzo.

Destacado en su época como ‘biker’, supo cambiarse a las ruedas finas en el momento justo y quedarse en Europa a luchar por sus sueños. Ganador en Francia, Bélgica y España, su rápido desarrollo lo llevó a recibir una oportunidad como ‘stagiaire’. Inconforme, el brasileño quiere seguir creciendo, demostrar de qué está hecho y enseñar al mundo que su país no es solo fútbol.