Garzelli y Szmyd recuerdan a Pantani
Por @pmpalermo
Un día como hoy pero en 2004, el ciclismo entró en un doloroso luto que diez años más tarde sigue vigente debido a la trágica partida del último ídolo de masas de este deporte, el mítico Marco Pantani, quien fue hallado sin vida en la habitación de un hotel en Rímini tras haber sufrido un paro cardíaco debido a una sobredosis de cocaína.
Escalador genial, dueño de un estilo característico para trepar agarrado de la parte baja del manillar, el italiano hacía vibrar a los “tifosi” con cada arranque, muchas veces innecesarios pero siempre maravillosos para delirio del público.
Con un look digno de una estrella de rock, siempre adornando su calvicie con pañuelos, una cuidada barba candado y un aro, se ganó el mote de “El Pirata” , además de por su estilo agresivo de correr.
Contrario a lo que pueda parecer con una súper estrella, el italiano era sumamente modesto, retraído y fiel a los suyos, como reflejan diversas anécdotas de gente que compartió con él. Sylwester Szmyd fue uno de esos afortunados ya que coincidió con nuestro homenajeado en su último año como profesional: “Aunque corrí sólo una temporada con él, recuerdo que era muy solidario. Siempre estaba acompañándonos, sonriente y disponible también para sus fans“, cuenta el polaco a Ciclismo Internacional.
Aunque su triste final muestre otra cara del ídolo, Szmyd revela que era muy alegre en la intimidad: “Cuando íbamos a las etapas en la Corsa Rosa, nos subíamos al micro y él se ponía a cantar. Lo hacía a los gritos y entonaba Vasco Rossi“.
El ahora pedalista de Movistar, muy joven e inexperto en esos tiempos, dice que se sintió cuidado por Pantani y que éste no se aprovechaba de su fama fuera de la bici: “En mi caso, varias veces me preguntó cómo estaba y hasta me felicitó cuando lo hice bien en el Giro. También recuerdo que nunca mandaba o imponía su voluntad”.
“Fue un año muy bonito y ya en ese momento entendí que corría junto a un mito“, concluye Szmyd.
En lo que a estadísticas refiere, el de Cesenático, donde desde 2006 hay un Museo en su honor, fue profesional entre 1992 y 2003 y pasó a la historia como el último que logró vencer el doblete Giro-Tour en 1998, corriendo en las filas del Mercatone-Uno, equipo en el que militó gran parte de su carrera.
Justamente en cada unas de esas dos competencias acumula ocho triunfos parciales, que brillan con luz propia en un palmarés que se completa con el bronce en el Campeonato Mundial de 1995.
Controversial hasta su muerte, con varios problemas por dopaje en su haber, Pantani trascendió los resultados deportivos para ser motivo de idolatría de todos los amantes de este deporte, muchos de los cuales, como Stefano Garzelli, pusieron Marco a sus propios hijos.
De hecho, el recién retirado Garzelli, ilustra la humildad de Marco Pantani con otra anécdota: “Marco jamás hizo de gregario a nadie; en la etapa de Briançon, cuando faltaban 3 para terminar el Giro 2000, en el Colle d’Agnello quedaban 5 o 6 corredores delante y entre ellos yo. A 5 kilómetros de meta empecé a oír cómo la gente gritaba detrás de mí con un boato increíble, más de lo normal: llegaba Pantani, que en el siguiente descenso fue al coche a coger botellas de agua para mi. ¡Fue un gran gesto de un gran campeón!”.
Tan grande fue la marca que dejó en el ciclismo, que la organización el Giro de Italia destina cada edición una reseña al extraordinario grimpeur, ya sea con el nombre de alguna curva o cima de montaña, terreno en el que nuestro homenajeado construyó su leyenda.
Por todo eso, a 10 años de su anticipada partida, recordamos al último mito de este deporte, quién pasó a la historia como el Pirata por lo hecho sobre la bici, pero agrandó su legado gracias a sus dotes de buena persona que dejaron marcados a sus seres cercanos, que todavía lloran al humilde Marco.
Como el que ganó 7 tours………de la misma forma ……..
Trepo hasta el cielo y hoy esta con el Campeonissimo Fausto Coppi