Quintana no conoce la derrota

Por @pmpalermo

Ya decíamos hace un par de semanas, cuando el Giro iba cuesta arriba para Nairo Quintana, que el talentoso escalador colombiano tenía derecho a fallar, avisando a sus seguidores que el pedalista tunjano era humano y tenía dos piernas como el resto.

La idea sigue en pie pero eso deberá esperar porque el ganador del Giro 2014 sigue sin conocer la derrota desde que es lo que es y en 2014, ya como jefe dentro de Movistar no defraudó, cumpliendo con todos los objetivos marcados.

Muchos recordarán que Contador lo batió en Tirreno Adriático o que Purito hizo lo propio en Catalunya, pero vale la pena aclarar que Nairo acudió allí a entrenar, diferente a su victoria en el Tour de San Luis, cuando pese a debutar en la campaña sí aspiraba a vencer para luego parar por el nacimiento de su hija.

El siguiente reto era el Giro y por primera vez con la jefatura absoluta en una grande, rango que conlleva presiones extra como dar conferencias de prensa, podios, controles anti dopaje y, claro está, la imposibilidad de tener un día malo.

Comenzó la Corsa Rosa a los tumbos, cediendo un tiempo valioso en la primera semana debido a la crono por equipos primero y la caída masiva en Montecassino después. Incluso llegó al ecuador de la prueba aquejado por una infección respiratoria, pero nada de eso detuvo al escarabajo, que montó un recital en el descenso del Stelvio y lo remató en Val Martello.

No conforme con ello, rompió los relojes en la crono escalada en Cima Grappa sentenciado la general para en Monte Zoncolan limitarse a controlar e incluso, darle una mano a Urán para distanciar a Aru.

Dicho todo esto, es conveniente recordar que, desde su lanzamiento al estrellato en la Vuelta 2012 trabajando para Valverde en las montañas, Quintana no baja de la cresta de la ola, puesto que acabó ese año venciendo el Giro dell´Emilia y siguió con un 2013 fantástico en el que su 2º puesto del Tour de Francia opacó grandes resultados como las victorias obtenidas en Vuelta al País Vasco o o Vuelta a Burgos.

Con todo esto queremos decir que cada vez que el líder de Movistar disputó una prueba como objetivo, no perdió, incluyendo aquí la Grande Bouclé puesto que tomó la salida como gregario y terminó descolgando a Chris Froome en varias oportunidades, alzándose con la etapa 20 con final en Le Semnoz.

Semejante historial no hace más que agigantar el aura de imbatibilidad que lo rodea y es cierto, Nairo parece no tener días malos, y aunque en algún momento le tocará conocer la amargura de la derrota, por ahora el colombiano no tiene planeado ceder en su camino a convertirse en leyenda.

Pablo Martín Palermo