Sepúlveda: las grandes vueltas en el horizonte

Por @pmpalermo

Eduardo Sepúlveda es sin dudas uno de los mayores talentos surgidos en el ciclismo de Argentina a lo largo de la historia, aunque a diferencia de muchos otros, tuvo oportunidades y las aprovechó, trabajando muy duro para llegar al profesionalismo europeo donde hoy destaca.

Oriundo de la ventosa Patagonia, sus dotes contra el reloj eran casi obvios y así lo demostró con el histórico 10º puesto en la especialidad durante el Mundial sub 23 de Toscana, pero fue en este 2014 que dio el verdadero salto de calidad que le abre el panorama de un modo casi impensado.

“Balito”, como lo apodan en honor a su fallecido padre, bajó de peso y mostró una mejoría notable en las subidas, hecho que lo ayudó a brillar y sorprender en el Tour de San Luis, donde concluyó 6º  y no bajó del 11º escalón en las cimas puntanas.

Su  confirmación llegó en el Tour del Mediterráneo, cuando además de ser quinto en la crono y 4º en la general poco le faltó para ganar en el Mont Faron, dura ascensión en la que Peraud, tres veces podio allí, se aprovechó de su basta experiencia para quedarse con el parcial.

Como si eso fuera poco, y terminando abril, acabó 5º el Critérium Internacional luchando codo a codo en el Col de L´Ospedale contra escaladores puros como Fränk Schleck, Rafal Majka o Mathias Frank, mucho más frescos que el argentino, en forma desde enero.

Además, es imposible no mencionar su participación en un evento del World Tour como la París Niza, donde pese a llegar tomando antibióticos y con un recorrido poco favorable para él, acabó 20º, sin desentonar y dejando la sensación de que con salud podría haber hecho algo más.

Más allá de no haber ganado, se destapó como un hombre a temer en vueltas cortas y sobre todo reveló un gran potencial para pruebas de mayor envergadura, algo que quizás ni él mismo imaginaba cuando crecía en el Centro Mundial de la UCI y sólo se planteaba mejorar en los repechos y progresar un poco más en la crono.

Con esto en perspectiva, no es ilógico afirmar que nuestro protagonista es el primer pedalista argentino que parece tener chances reales como corredor de competencias de tres semanas, con permiso de Dani Díaz, a quién la desaparición de GEOX cortó la evolución.

Es que históricamente, si bien no son muchos los que dieron el salto, los que lo hicieron fueron velocistas, con J.J Haedo o Maxi Richeze como los más importantes y con Martín Garrido como la excepción, aunque el cordobés quizás brilló en eventos de menor importancia en Portugal y sin tanta repercusión, mientras que Sepúlveda tiene a su favor ser miembro de un conjunto francés con un calendario privilegiado, que estará presente en el Tour.

Está claro que es muy pronto para decir que el de Rawson será un hombre de grandes vueltas cuando apenas despunta, pero a los 22 años, con lo hecho hasta ahora y por características físicas, tiene todo lo necesario para crecer y transformarse algún día en protagonista en las míticas rondas del Viejo Continente.

En ese contexto y avalando nuestra teoría, Bretagne Seché lo eligió anticipadamente como uno de los integrantes de su alineación para la Grande Bouclé como premio a sus prestaciones en la presente campaña, y Sepúlveda no pierde el tiempo.

Aún de vacaciones, el genial atleta trabaja duro para mantener sus avances y estrenarse en la carrera más grande del mundo con garantías, por lo que además de reconocer el pavé de la quinta jornada, ahora pasará un mes en Sierra Nevada entrenando en la altura.

Por todo eso, en su último año de contrato con el combinado de Emmanuel Hubert, deberá seguir ganando experiencia de cara a un porvenir que se vislumbra extraordinario y en el que el chubutense, parece encaminado a dejar su huella en la historia, convirtiéndose en un ciclista capaz de brillar donde ninguno de sus compatriotas lo hizo antes y abriendo las puertas del cambio a cientos de jóvenes que hoy crecen a su sombra.