Sigue el calvario para Andy Schleck

Por @pmpalermo

Lamentablemente las cosas no mejoran para el talentoso pedalista luxemburgués de Trek Factory Racing, ya que debió dejar el Tour con graves lesiones de rodilla producto de una caída y fue operado en las últimas horas en los ligamentos cruzados.

Andy nunca volvió a ser el mismo tras la fractura de pelvis en el Dauphiné 2012 y desde entonces sólo acumula fracasos que lo convirtieron en un desconocido dentro del pelotón, condición diametralmente opuesta a su brillante versión previa, esa que lo llevó tres veces al podio de la Grande Bouclé.

Es oportuno recordar que  apenas obtuvo dos top 10 desde su fatídico accidente, ambos en los débiles Campeonatos Nacionales de Luxemburgo (10° en 2013 y 3° 2014) y que su última victoria se remonta al 21 de julio de 2011, cuando arribó en solitario al Galibier, es decir, hace casi tres años.

A su más que obvia falta de suerte se le suma una mentalidad frágil que lo hundió en una depresión tras ser 2º en el Tour 2010 (luego ganaría en el escritorio) y además, según Jakob Fuglsang (compañeros en Saxo, Leopard y RadioShack), el menor de los dos hermanos de Trek se interesa más por cazar y pescar que por volver a la cima de la ronda gala; un verdadero desperdicio.

“Es el peor momento de mi vida deportiva”, dijo Schleck luego de que se hiciera público que no tomaría la salida en el cuarto parcial de la competencia francesa, sumando su abandono número 20 desde el mencionado Dauphiné que torció su trayectoria.

Lejos quedaron en el tiempo los días en los que atacaba con una facilidad insultante cuesta arriba y que lo llevaron a coronarse como mejor joven de la Grande Bouclé, donde fue 2º en 2009 y 2011 y 1º en 2010, sin olvidar que también fue 2º en su primera grande, el Giro de Italia 2007.

Lo concreto es que viajó a Suiza para tratarse la rodilla, ya que tenía severos daños en los meniscos y ligamentos que terminaron con su humanidad en el quirófano y, seguramente, lo apartarán de la actividad por el resto de la campaña.

Camino de los 30 años, el panorama pinta negro para Andy, que encima termina contrato a fin de curso y difícilmente encuentre acomodo en tiempos de vacas flacas comos los que atraviesa el ciclismo, que ya no tiene lugar para los débiles.

Esto implicaría dos cosas: el fin de su carrera pero también del sufrimiento, porque no es menos cierto que el otrora eximio escalador sufre mucho la presión por reencontrar su mejor versión y hasta respiró aliviado cuando, antes del presente Tour, su escuadra informó que no sería líder.

De este modo, se enfocaría más en su familia (fue padre hace unos meses), ya que es claro que no sólo él padece los crueles comentarios populares que lo señalan cada vez que no está a la altura y que lo llevaron a vivir este calvario.

Pablo Martín Palermo