Sylwester Szmyd dice adiós tras 16 temporadas: “Los gregarios de ahora no trabajan al 100%”
Por @pmpalermo
Octubre es un mes raro para el ciclismo, ya que se mezcla la alegría de algunos por conseguir un anhelado contrato, la de otros por estar a la fuerza en la situación contraria y, por último, una mezcla de las dos primeras en aquellos que decidieron colgar la bicicleta.
Y ciertamente que este fin de temporada será recordado por la despedida de varios ilustres del pelotón. Gente como Fabián Cancellara, Ryder Hesjedal o Frank Schleck no volverán a colgarse un dorsal, así como tampoco el polaco Sylwester Szmyd, sinónimo de gregario de lujo durante una década y foco de nuestra atención hoy.
“Tengo curiosidad por conocer otra vida”, arranca en exclusiva para ciclismointernacional.com, para agregar enseguida: “Ya soy viejo para ciclista y este deporte ha cambiado mucho. Me parece más estresante y ya no quiero estar en el pelotón”.
“Ahora se va a tope desde la salida hasta la llegada. Todos los líderes y sus gregarios se ponen adelante del lote y hay mayor exigencia de resultados. Eso genera más estrés y caídas y elimina los pocos momentos de respiro que hubo alguna vez”, detalla el ahora ex ciclista de CCC.
“Los corredores jóvenes piensan menos y pedalean más fuerte”, continúa, explayando la idea con ejemplos muy claros. “Se sube fuerte, se baja más, se ataca cuando el pelotón para a orinar o si un líder se cae al suelo. Se acabaron las ‘reglas no escritas’ que teníamos”.
Con 38 años, el nacido en Bydgoszcz se encuentra en la curiosa situación de empezar una nueva vida. “Por ahora voy a descansar y luego seguiré estudiando Educación Física. Voy a la universidad desde el año pasado y el resto se verá. Siempre dije que quiero seguir ligado al ciclismo”.
En este punto, Szmyd repasa su extensa trayectoria, 16 temporadas cargadas de alegrías y unas pocas amarguras, todas estas en el final y, más específicamente, en su paso por Movistar. “Esos dos años fueron muy difíciles por varios motivos. Sin lugar a dudas, fue lo peor de mi carrera, pero no me arrepiento de haber ido allí porque era mi sueño ser parte de esa estructura”.
“Lamento cómo sucedió todo, especialmente porque nunca me sentí parte de la escuadra”, comenta con cierta melancolía. “Me costó entender los métodos de trabajo de Eusebio (Unzué) y, si las cosas empiezan mal, luego dos años vuelan. Encima tuve problemas de salud, y eso fue todo”, completa.
Dicho esto, el agradable Sylwester recorre las páginas más gloriosas de su vida ciclística, marcada principalmente por incontables horas de trabajo en beneficio de jefes de fila de renombre. “Fueron todos muy diferentes y no podría decir cuál fue el mejor. Me quedo con que siempre rendí y tuve buena relación, tanto en el ciclismo como fuera de las carreras”, afirma.
“Obviamente que siento algo especial por “Panta” (NdR: Marco Pantani) porque ya era una leyenda viviente cuando fuimos compañeros y yo era pequeño y lo admiraba como escalador”, revela quien sirviera también a Basso, Simoni, Cunego o Nibali.
“Liquigas fue el grupo más unido del que formé parte. Todos corríamos por nuestros capitanes y había amistad. A día de hoy se ve a los ex miembros de esa formación rodando juntos en las carreras sin importar el maillot que llevan”, certifica.
“En Liquigas pasé los mejores años de mi carrera. En lo individual recuerdo Mont Ventoux 2009, la Vuelta de ese mismo curso, el Alpe d´Huez 2010 y el Giro que parecía teníamos perdido y Basso remontó al final”, rememora nuestro invitado.
Szmyd atesora, con mucho orgullo, un récord personal impresionante: 23 grandes vueltas terminadas en el mismo número de participaciones. “El secreto era no enfermarme o caerme”, dice entre risas.
Sumamente regular en la montaña, el polaco siempre lo tuvo claro. “Nunca creí que yo debía ser capitán o que podía luchar por una grande. La crono era un problema, y lo pasaba muy mal cuando había que luchar la posición al frente del pelotón o en las bajadas mojadas. Por último, mi físico no daba para tres semanas al máximo”, confiesa sin sonrojarse.
Probablemente con menos brillo del que hubiera querido, Szmyd cumplió un sueño al participar del Giro con el CCC de su patria y poco después de haber estado al borde del retiro. “Fue especial fichar por el proyecto de mi país y haber disputado una grande con ellos. La primera de las dos campañas fue la mejor”.
De perfil bajo y profesional al máximo, este eterno gregario valora la situación del ciclismo actual en lo que a su función refiere. “Creo que los pedalistas saben cada vez menos qué papel tienen. Todos quieren ir en la fuga, si hay sprint todos son velocistas o si se llega en alto son escaladores. Por eso, cuando trabajan para otro se reservan, no lo hacen al 100% y, si lo hacen, ya piensan en la próxima carrera para buscar opciones propias”, sentencia con contundentemente.
Ya en el cierre, y aprovechando su enorme bagaje en la materia, lo consultamos respecto a los capitanes más notables de la actualidad y sus opciones de cara a 2017. “Creo que Nairo (Quintana) ganará el Tour 2017. Creo que es el corredor más talentoso para rondas de tres semanas y es una buena persona”, tira sin dudar.
“Entrené con él en alguna oportunidad los años que estuve en Movistar y me pareció muy humilde a pesar de todo lo que ha conseguido. Por eso, siempre hago fuerza por él en el Tour”, precisa con claridad a pesar de que se mezclan sus palabras entre el español y el italiano.
“No me quedó ninguna deuda pendiente, me voy tranquilo”, se despide Szmyd, a entender de Ciclismo Internacional, uno de los máximos exponentes de lo que representa un gregario de lujo en el deporte pedal.
A su estela quedan 16 temporadas, 23 grandes y 600.000 kilómetros de competición en las piernas, pero más importante aún, el recuerdo de un hombre de equipo altamente valorado por sus jefes y compañeros que jamás protestó y siempre hizo su trabajo con eficiencia.
Pablo Martín Palermo
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