Tony Martin: primero la montaña, ahora el pavés ¿Misión posible?
Por @pmpalermo
Muchos ciclistas componen el pelotón internacional, pero sólo unos pocos sobresalen verdaderamente, ya sea por su carisma o talento. Entre estos últimos se encuentra el alemán Tony Martin, uno de esos privilegiados tocados por la varita mágica.
El germano, rey indiscutido en las cronos desde 2010 -período en el que acumula 34 victorias sobre la cabra- llegó para destronar al otrora dominante Cancellara en lo que a la lucha contra el tiempo refiere, y así se mantuvo hasta que Wiggins lo desbancó en Ponferrada, pero eso es otra historia.
En simultáneo, las tres pasadas temporadas fueron testigo de la evolución del teutón en otro apartado, la montaña. Si bien ya había dado algún indicio antes, como cuando acabó 2º en el Ventoux en 2009 durante la Grande Boucle, Martin terminó de confirmar su cara escaladora al batallar por la general en diversas pruebas de una semana, como Algarve, París Niza o el Tour de Suiza, demostrando que “no tiene techo”.
Pese a ello, el experimento no prosperó más allá de los límites esperados y el portentoso atleta siguió maravillando por su capacidad rodadora, con algunas soberbias cabalgas en solitario que le valieron parciales en las principales competencias del calendario y hasta el liderato en el Tour.
Nuevos horizontes
Ahora, quizás aburrido de repetir una y otra vez las mismas victorias y exhibiciones, Martin inicia su noveno curso como profesional con ganas de probar algo diferente: las clásicas de pavés. Puede sonar extraño, pero si algo ha demostrado este pedalista es su potencial para hacerlo bien cuando y dónde se lo propone, por lo que sería un grave error subestimarlo.
En ese marco, resulta interesante conjeturar al respecto, porque la aventura del alemán tiene varias aristas que llevan a pensar que este nuevo enfoque puede desembocar en un éxito rotundo pero también en un fracaso estridente.
Para empezar, en el aspecto físico, Martin cuenta con una enorme ventaja. Es que su fornida humanidad (1.85 m y 75 kg) representa una clara ayuda de cara al asalto de los adoquines. Así como perdió peso para incrementar su rendimiento en los puertos, aquí no debe hacer nada o hasta incluso podría sumar músculo sin temor.
Sabido es que, para las duras piedras flamencas, se necesita un carácter férreo, mucha técnica y un cuerpo resistente. Pues bien, el hombre de Etixx dispone de dos de las tres cualidades y deberá trabajar en la otra con ahínco.
Esto no es un dato menor, pero tampoco lo es el hecho de que forma parte del mejor equipo del mundo en lo que a las clásicas refiere, así que no le faltarán tutores. Gente como Boonen, Stybar, Vandenbergh, Terpstra o Lampaert entre sus compañeros, todos con probados galardones en el rubro.
Sin embargo, como es usual en todos los grandes campeones, Martin tiene un extra: su mentalidad ganadora y ambiciosa. “Quería probar algunas cosas nuevas, así que por eso hablé con el equipo al final de la temporada pasada y acordamos ir a por las clásicas y semiclásicas belgas. Voy a combinar las carreras que normalmente suelo hacer con las de un día, lo que significa que disputaré Omloop Het Nieuwsblad y Dwars door Vlaanderen y, si todo funciona bien, intentaré ser parte del equipo que afrontará Gante-Wevelgem, Tour de Flandes y París-Roubaix a continuación”, indicó recientemente.
Ni él ni su equipo son tontos y, si hicieron público el desafío, es porque realmente creen en llegar a buen destino. De hecho, los pocos antecedentes del portentoso Tony invitan a la ilusión ya que disputó la Dwars door Vlaanderen en 2008 y fue 42º y, más importante aún, se alzó con la victoria en la jornada adoquinada del pasado Tour con llegada en Cambrai.
“Obviamente, no puedo decir que quiero ganar, pero sí ponerme a prueba, ver cómo lo hago en este tipo de carreras. Sería muy bueno ser útil al equipo en esas carreras que son realmente importantes para nosotros ya que somos una formación con raíces belgas. Esta primavera será un test y si las señales son buenas, entonces me gustaría continuar por este camino. Pero primero tengo que ganar algo de experiencia, así que por eso estoy minimizando cualquier expectativa”, explicó.
Martin nunca tendrá la facilidad de los belgas sobre los complejos caminos flamencos, pero su currículum, potencial y determinación son suficientes como para creer en él. No está de más recordar su agridulce 2015, campaña marcada por lesiones que lo apartaron del exitoso periplo al que estaba habituado. Casi con seguridad, el rodador alemán tendrá un punto extra para el curso que inicia, y eso jugará a su favor.
Pero no todo es color de rosa en esta historia. A la mencionada falta de técnica (que puede desembocar en una catástrofe) hay que añadir la carencia de esa explosividad que Cancellara supo cultivar y que suele estar ausente en la mayoría de los contrarrelojistas.
Nuestro héroe es un pasista y sentirá la falta de potencia explosiva en las cotas, punto donde las clásicas suelen decidirse y es poco probable que pueda seguir la estela de los Sagan, Cancellara y compañía. Indudablemente, lo suyo será el trabajo de gregario en esas jornadas, pudiendo soñar con competencias sin trepadas, como puede ser el “Infierno del Norte”.
Conclusiones
Apostar en contra de una estrella de este calibre es casi absurdo. Hasta el momento, Tony Martin ha obtenido todo lo que se propuso en su trayectoria y, no en vano, es una de las figuras del lote internacional.
En una edad ideal para la práctica de este deporte, en el equipo indicado para participar en las clásicas y con un poderío físico casi inigualable, hasta los más escépticos se permitirían conceder una oportunidad al ex tricampeón mundial de crono.
Nosotros no seremos la excepción y, aunque no creemos en cuentos de hadas ni vemos a Tony alzando los brazos en el velódromo de Roubaix, sí consideramos que hará un buen papel, sentando las bases de un posible nuevo camino en su carrera.
De cumplirse este pronóstico, Martin pasará a ser fijo en las alineaciones de Etixx para las clásicas y, con mucho esfuerzo, podría tener su oportunidad de gloria dentro de un par de temporadas, siempre y cuando, no sufra las consecuencias del terreno más cruel en el deporte pedal, que se ha cobrado víctimas de la talla y habilidad de Cancellara, quien vivió un 2015 para el olvido.
Ahora, sólo es cuestión de tiempo para saber cuál será su destino. Todo dependerá de sus prestaciones en Omloop Het Nieuwsblad (27 febrero) y Strade Bianche (5 marzo) que, según informa Biciciclismo, abrirían las puertas a la siguiente fase: Dwars door Vlaanderen (23 marzo), Gante-Wevelgem (27 marzo), Tour de Flandes (3 abril) y París-Roubaix (10 marzo).
Tony Martin se enfrenta a un nuevo reto en su vida y es realmente loable, porque bien podría destinar el resto de sus años como profesional a repetir victorias una y otra vez en cronos y cabalgadas en solitario, más accesibles a sus características. En vez de eso, se decantó por el rumbo más complejo, con un altísimo porcentaje de posibilidades de fracaso y chances casi nulas de éxito.
Por ello, sin importar cómo se cierre este capítulo, es de agradecer intentos del género en épocas donde la mezquindad hace estragos en el espectáculo. Ojalá, los próximos seis meses descubran la versión flandrien de Martin, para que éste siga agigantando su leyenda camino del Olimpo ciclista.
Pablo Martín Palermo
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