Un Lampre-Mérida cargado de juventud y talento visitará San Luis
Vinculada al ciclismo desde 1990, gracias a la pasión por este deporte de la familia Galbusera, la empresa Lampre puede presumir de ser la más antigua o una de las más antiguas del pelotón internacional. El copatrocinio de Merida, el fabricante de bicicletas taiwanés, ha dado un nuevo impulso al equipo y su presencia los próximos años en el WorldTour parece asegurada tanto por su potencial económico como deportivo.
El equipo Lampre ha sido uno de los fijos en las últimas ediciones del Tour de San Luis. En 2014, gracias a Sacha Modolo, se llevó la etapa de Terrazas del Portezuelo –Richeze, que también lucía sus colores, fue tercero- y el año pasado ese mismo velocista italiano logró dos terceros puestos, en Villa Mercedes y Juana Koslay, tras Gaviria y Cavendish. En 2013, Alessandro Petacchi también fue tercero en Villa Mercedes con los colores del Lampre-Merida.
Fijando su objetivo en el medio plazo, aunque sin descuidar el presente, el conjunto italiano ha fichado para 2016 a una de las joyas del futuro: Matej Mohoric, el esloveno que fuera campeón del Mundo junior en Valkenburg 2012 –además de plata en la contrarreloj- y sub 23 en Florencia 2013. Tras dos años de aprendizaje y adaptación en el Cannondale –debutó en el World Tour sin haber cumplido los 20 años-, Mohoric ha cambiado de aires para intentar relanzar su carrera.
El esloveno, así, estrenará los colores del conjunto italiano en San Luis. “Es una carrera que va a tener una doble importancia para mí”, reconoce Matej, “ya que se trata de una temporada muy especial para mi carrera y además me estrenaré con el Lampre-Merida”.
A sus 21 años, recién cumplidos, Matej se dispone a cumplir su tercera temporada como profesional. No ha disputado nunca el Tour de San Luis, pero ha oído hablar mucho, y bien, de la mejor vuelta de Latinoamérica. “Es una prueba que se ha consolidado en poco tiempo”, explica. “Para muchos ciclistas supone el primer esfuerzo en competición del año, por lo que la motivación es máxima, y para otros, los que quieren buscar la victoria o coger rápidamente la forma, representa una ocasión inmejorable”.
De parecida opinión es su nuevo compañero Davide Cimolai, el último ganador del Trofeo Laigueglia y quien también será de la partida en Argentina “He participado una vez en el Tour de San Luis, en 2010, y vuelvo con gusto porque fue la carrera en la que debuté en profesionales. Además, es ideal para coger el golpe de pedal necesario para los siguientes compromisos”, reconoce. Su recuerdo es inmejorable porque, además de debutar en la máxima categoría, el Liquigas, su equipo entonces, se llevó el triunfo absoluto con Vincenzo Nibali.
Ganar, sin embargo, cada año es más complicado. “La calidad de los participantes y el nivel organizativo han conseguido cuotas altísimas”, explica Cimolai, “por lo que obtener un buen resultado en San Luis significa proyectarse a lo grande para el resto del año”. Sucede para los corredores de la general, pero también para los cazadores de etapas, con los que, quizás por filosofía del Lampre-Merida, parece identificarse más Davide. “Para un sprinter, romper cuanto antes el hielo es fundamental, sobre todo si los adversarios son de calidad. Es lo que han hecho los últimos años Modolo y Gaviria”.
Como ya lograra hace dos años, el Lampre-Merida aspira a ganar en esta ocasión al menos una etapa. Para eso, junto a Mohoric y Cimolai, viajarán a San Luis cuatro de estos ochos pedalistas: Mattia Cattaneo, Valerio Conti, Mario Costa, Roberto Ferrari –con los colores del Androni, ganó dos etapas en San Luis 2011-, Ilia Koshevoy, Manuele Mori, Simone Petilli y Przemyslaw Niemiec, el polaco que puede presumir de haber ganado en la cima de los míticos Lagos de Covadonga, en la Vuelta a España 2014, y de haber finalizado en sexta posición el Giro 2013, a menos de dos minutos del podio.
Prensa Tour de San Luis
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